Si se cumple lo anunciado en Alcaldía, Intervención recibirá en breve el proyecto del presupuesto de Alicante para 2024, tras la validación previa de los cuatro entes autónomos. Así, el área municipal podrá iniciar una labor de fiscalización que en los últimos años ha arrancado, como mínimo, en la última quincena del mes de diciembre. Este acelerón durante este arranque del mandato municipal, sin embargo, no será suficiente para que la ciudad de Alicante empiece 2024 con las cuentas en vigor, como ya admiten desde el gobierno municipal. Ese «hito» no sucede en la capital alicantina desde 2015, después de que el gobierno de Sonia Castedo aprobase en tiempo y forma las cuentas para ese año.
El Ayuntamiento de València, pese a que el nuevo gobierno llegó el pasado mes de junio con María José Catalá al frente, ya ha aprobado el presupuesto de 2024.
En Alicante, hasta ahora, el año en el que el gobierno de Barcala menos retrasos acumuló fue el último, cuando envió a Intervención el texto el 2 de diciembre, para validarlo en Junta de Gobierno el 4 de enero. Sin embargo, al final no hubo presupuestos para este 2023 al no recabar los apoyos necesarios entre los grupos municipales, ante la negativa tanto de la izquierda como de Vox de aprobar el documento a las puertas de las elecciones municipales del 28M.
Así, los mejores plazos reales de los que puede hacer gala Barcala fueron para el presupuesto de 2022. Entonces, el texto se remitió a Intervención el 20 de diciembre de 2021. Un mes después consiguieron el visto bueno técnico, lo que permitió que el Pleno aprobase el documento el 16 de febrero de 2022, que no entró en vigor hasta el 31 de marzo.
Para 2021, el proyecto del presupuesto también llegó a Intervención antes de finalizar el año, aunque en esa ocasión sobre la bocina. El texto empezó su fiscalización el 30 de diciembre, quedando resuelto el trámite el 21 de enero. Casi un mes después, el 16 de febrero, se aprobó inicialmente en el pleno, por lo que no tuvieron validez oficial hasta el 26 de marzo.
Similares, y muchos peores, fueron los tiempos que Barcala manejó en sus dos primeros años como alcalde de Alicante, el primero gobernando en solitario y el segundo ya con Ciudadanos como socio. El presupuesto de 2019 entró en Intervención el 25 de enero, de donde salió con el visto bueno el 12 de febrero. La Corporación, a pesar de la cercanía con las elecciones, aprobó el documento el 11 de marzo, lo que permitió que Alicante contase con el presupuesto en marcha a partir del 17 de abril.
Un año después, el primero del pasado mandato, el gobierno de Barcala remitió el texto económico para su fiscalización el 24 de enero. Un mes tardó en superar el trámite y otro más en ser aprobado inicialmente por un Pleno que validó el texto definitivamente el 23 de mayo. Dos días después, entró en vigor.
Para 2024, si se cumplen los plazos medios de los últimos años, Intervención podría fiscalizar el texto en un máximo de un mes (y un mínimo previsto de tres semanas). Así, si el gobierno envía finalmente el texto en breve, tras y como anunció este martes y confirmó este miércoles, el presupuesto podría superar el trámite técnico para la tercera semana del mes de diciembre.
A partir de ahí, la Junta de Gobierno aprobaría el proyecto, abriendo la fase de enmiendas. A partir de ahí, el texto suele tardar algo menos de un mes en llegar al Pleno para su aprobación, siempre y cuando el ejecutivo local consiga unos apoyos que tiene maduros, según admitió el portavoz del gobierno local, Manuel Villar, en una rueda de prensa esta misma semana, aunque Vox posteriormente se encargó de intentar enfriar las expectativas. Así, para mediados de enero, Alicante podría tener aprobado un presupuesto que debería entrar en vigor aproximadamente un mes después. Sin embargo, el entorno de Barcala aún mantiene la esperanza de superar el primer trámite plenario durante este 2023, en un objetivo más simbólico que práctico.