El director de La Linterna, Ángel Expósito, visitaba este miércoles el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Madrid, donde mostraba desde sus cámaras, sus laboratorios hasta la famosa sala de bioseguridad que dio origen al centro, al que algunos ven forma de donut metálico o un glóbulo rojo. Pero, ¿cómo es realmente por dentro un instituto forense? ¿En qué se diferencia de las películas y las series de televisión?
“Yo no soy dado a ver películas de ese tipo”, reconoce el doctor Eduardo Andreu, director del Instituto. “No porque no me gusten, sino porque seguir en mi casa con la misma temática que tengo todo el día no me parece sano”, bromea con Expósito.
Pero, ¿en qué se diferencia una de otra? “Sí es verdad que las películas dan una visión muy general, pero siempre con los recursos cinematográficos. Aquí no es todo tan fácil ni es tan sencillo, ni completamos el caso en una hora, que es lo que tarda una serie en completar un caso”, asegura el doctor en COPE. “Y, a veces crean unas expectativas que no son ciertas, la ciencia es una ciencia que es inexacta. Actuamos normalmente en vías penales y tenemos que ser muy concretos, y no con diagnósticos de presunción, sino de certeza. No es todo tan sencillo como parece”, subraya.
¿Realmente hay muertes sin resolver?
Además, Expósito preguntaba al doctor Andreu un dato que le llamaba la atención: de los miles de autopsias del último año hay 130 y tantos casos sin resolver, no se sabe de qué ha muerto. “El dato es que nosotros la autopsias no se resuelven en el día, tenemos herramientas muy potentes porque la autopsia no concluye con la apertura de cavidades de un cadáver, va más allá”, aclara.
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Así, ese más allá supone “que hay un número de autopsias que, cuando concluimos la memoria están sin resolver, y no porque no conozcamos el motivo del fallecimiento, sino porque no ha dado tiempo a que la analítica se resuelva. No hay ni un caso sin resolver”, sentencia.
Por último, el comunicador de COPE ha visitado la sala de Bioseguridad. “Es el orgullo y el germen del Instituto”, mantiene el doctor Andreu. “Es una sala que no solo protege al médico forense, sino también al exterior de cualquier contaminación que se pueda generar en la sala”.