El yacimiento de las Casas del Turuñuelo (Badajoz) escondía un secreto. Allí se erigió un edificio durante la Edad del Hierro -en torno al siglo V a.C- , que fue enterrado y ocultado bajo tierra, en una especie de montaña artificial que no es extraña de ver en valle medio del Guadiana. Pero cuando comenzó a excavarse hace unos años salió a la luz lo especial que es. Porque allí se realizó un sacrificio «masivo» de animales.
«En la península no hay ningún otro yacimiento de esta cronología con tantos esqueletos de animales. Lo más cercano es Cancho Roano, que está muy cerca. Pero allí sólo hay restos de 11 animales, y aquí hay más de 50. Y en Europa hay alguno parecido, pero son más recientes, de en torno al siglo III a.C«, relata Esther Rodríguez, que ha participado en las excavaciones. Según cuenta, el yacimiento de Casas del Turuñuelo es único en todo el Mediterráneo occidental.
El lugar se conocía desde los años 80 como un yacimiento romano. Pero no fue hasta 2014 cuando comenzaron los trabajos de excavación. Desde entonces se han realizado cinco campañas, pero ha sido este miércoles cuando los hallazgos de toda esta investigación se han publicado en la revista científica PLOS ONE. En ellos se detalla lo más interesante del proyecto, que se descubrió entre 2017 y 2018.
Y es que en el patio del edificio (que es el espacio más grande del yacimiento, con 125 metros cuadrados) había 6.770 huesos pertenecientes a 52 animales sacrificados, que los autores examinaron y catalogaron. Rodríguez explica que muchos de los esqueletos estaban colocados en una posición extraña, casi «teatral», con las cabezas cruzadas entre sí.
Los animales identificados eran sobre todo caballos adultos, aunque también había bovinos, porcinos e incluso un perro. Pero no todos fueron sacrificados a la vez. Las matanzas se hicieron en cuatro fases, y se estima, por el desgaste de los huesos debido a la exposición al sol, que entre la primera y la última pudieron pasar entre 60 y 80 años. Los esqueletos de los animales sacrificados en las dos primeras fases estaban en su mayoría completos e inalterados. Pero algunos otros tienen signos de haber sido procesados como alimento. Es decir, que se los comieron después de sacrificarlos.
«Es difícil entender el motivo de estos sacrificios. Puede que no lo sepamos nunca. Pero posiblemente todo esté vinculado a un ritual que debió realizarse cuando decidieron sepultar el edificio. Entonces pudo hacerse una especie de banquete, y es probable que se sacrificaran animales en ese momento», explica Rodríguez.
Secretos por descubrir
Hay pocos lugares así en la región mediterránea, con evidencias de importantes sacrificios animales durante la Edad del Hierro. Y existe una brecha entre la información ofrecida por las fuentes escritas y el registro arqueológico. Esto dificulta establecer una comprensión clara de los patrones y protocolos de esta práctica. Por eso el yacimiento de Casas del Turuñuelo, que está asociado a Tartessos, puede ser tan importante.
Las investigaciones han permitido esclarecer algunos detalles sobre los protocolos rituales que se realizaron, incluida la selección de animales adultos en lugar de jóvenes y la importancia del fuego, que queda evidenciada por la presencia de restos de plantas y animales quemados. El gran número de caballos sacrificados es otra diferencia clara entre este yacimiento y el resto.
Pero lo mejor de todo es que apenas de ha excavado el 30% del yacimiento, que tiene una hectárea de extensión. «En total estamos trabajando un equipo de casi 100 investigadores. Pero el proyecto está dividido en dos: uno puramente arqueológico y otro en el que están participando varios veterinarios de la Universidad de Extremadura», detalla Rodríguez. «Y es que estos hallazgos están ayudando a que comprendamos cuestiones biológicas veterinarias como enfermedades animales o parásitos. Con esto se abren otras ramas de conocimiento, en las que ya estamos trabajando», concluye.