Según una fuente del gobierno de Israel, el país ha impuesto condiciones específicas en el acuerdo por los rehenes en negociación con Hamás.

Entre ellas se incluye la estipulación de que ningún prisionero palestino condenado por asesinato será liberado como parte del acuerdo. Además, se ha informado que Israel reanudará su campaña militar contra Hamás en Gaza inmediatamente después de completarse las fases de liberación de rehenes.

El acuerdo propuesto contempla la liberación de al menos 50 rehenes israelíes por parte de Hamás, principalmente mujeres y niños, a cambio de un alto el fuego de cuatro días, la liberación de entre 150 y 300 prisioneros palestinos, y la entrada de combustible y otros bienes en Gaza. Se prevé que se liberen entre 12 y 13 rehenes israelíes diariamente una vez que entre en vigor el alto el fuego.

Israel, por su parte, liberará a islamistas mujeres y menores presos, asegurando que cada uno regrese a su ciudad o pueblo, incluyendo Judea y Samaria y el este de Jerusalén. El acuerdo también incluye una segunda fase en la que Hamás se comprometerá a localizar a las mujeres y niños retenidos por otras facciones terroristas en Gaza antes de su posible liberación. Además, se podría extender el cese de los combates a cambio de liberaciones adicionales de rehenes.

La fuente también señala que este acuerdo no involucra a rehenes que no sean israelíes y que otros gobiernos podrían estar trabajando en acuerdos separados. El estamento de seguridad de Israel apoya el acuerdo inminente, según la fuente.

Respecto a las condiciones operativas, se permitirá la entrada de combustible a Gaza solo durante el alto el fuego, y aunque las FDI y el Shin Bet reducirán el uso de drones para recabar información durante seis horas al día, mantendrán su capacidad de inteligencia durante la pausa en los combates. Adicionalmente, Israel no permitirá el regreso de gazatíes a la parte norte del enclave donde operan las FDI.

Hamás ha indicado que tiene a 210 de los aproximadamente 240 rehenes tomados de Israel durante las atrocidades del 7 de octubre, mientras que la Yihad Islámica retendría a muchos de los rehenes restantes. Este acuerdo representa un paso significativo en las tensas negociaciones entre Israel y Hamás, y muestra la complejidad de la situación en Gaza y los delicados equilibrios políticos y de seguridad en juego.

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