La incertidumbre vuelve a ceñirse sobre el futuro productivo de Ford Almussafes. La decisión de la multinacional -anunciada el pasado viernes por el sindicato mayoritario de la planta, UGT- de retrasar la inversión necesaria para poder fabricar vehículos 100 % eléctricos en la factoría valenciana va a suponer un golpe considerable en los planes. Y tanto en así que, para la central sindical, este movimiento «deja en el alambre» la fabricación de la compañía en Almussafes a medio plazo. Frente a esta realidad, desde el sindicato pedían aumentar los coches híbridos que salen de las instalaciones valencianas para tener con ello una carga de trabajo suficiente que permita mantener la plantilla. Sin embargo, seguir este camino resulta hoy francamente complicado.

No en vano, incrementar -como reclama UGT- hasta en 200.000 más las unidades que produce Almussafes cada año -este año prevé cerrar con 218.000- solo se puede alcanzar mediante dos vías. Y ninguna de ellas resulta sencilla. La primera implica traer a la factoría un modelo que actualmente no está en sus líneas de producción. El problema de esto reside en que, con la visión hacia la electrificación que ha ido siguiendo hasta ahora la multinacional, Ford no tiene actualmente modelos híbridos que ‘ofrecer’.

Ningún modelo

Es lo que sucede con el Puma, modelo más vendido este año en España de la marca, que actualmente se fabrica en Rumanía y que tendrá una versión eléctrica que se hará en Colonia (Alemania), donde también está previsto que se lance un Explorer 100 % eléctrico -sustituyendo al actual híbrido enchufable- que de momento la firma ha paralizado. En otras ocasiones, directamente ha habido fecha de caducidad consumida. Por ejemplo el Fiesta se ha dejado de producir este verano en Colonia y el Focus, según las últimas informaciones extraoficiales conocidas, tendrá su final en 2025 con el cierre anunciado de la planta alemana de Saarlouis. Si a esta falta de alternativas le sumas que, según apuntan fuentes conocedoras de la situación de la planta, se podría necesitar de un plazo de un año para adaptar a los trabajadores a un nuevo coche, la dificultad de que sea una solución se incrementa exponencialmente.

Producción de vehículos en Ford Almussafes. MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS


Dadas esas dificultades, el otro camino pasaría por aumentar las unidades fabricadas de uno o de los dos modelos que resisten a día de hoy en Almussafes, el Kuga y la furgoneta Transit en sus versiones europea y americana. El primero, a pesar de estar viendo como sus ventas crecen en países como España en lo que va de 2023 (8.306), se encuentra muy lejos de las matriculaciones anotadas antes de la covid-19 hasta octubre (11.352) y nunca ha sido un modelo exitoso como otros de décadas pasadas.

Y respecto a la segunda, la intención de la firma del óvalo es dejarla de producir por completo en el primer trimestre de 2024. Eso implicaría que Ford debería reflotar un modelo con fecha de caducidad y cuya evolución eléctrica, además, se conoce que se hará en Rumanía. Difícil tarea.

Producción de vehículos en Ford Almussafes. MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS


Mazón confía en las inversiones

Pero más allá de opciones, pese a este complejo contexto productivo y laboral, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, afirmó ayer en Les Corts que espera que grandes inversiones como la de Ford se mantengan y que los proyectos de la multinacional para el vehículo eléctrico lleguen «lo antes posible» a la factoría. Menos optimista se muestran desde el sindicato minorista en la planta, STM-Intersindical, que ayer anunció una concentración este martes a las 11.30 horas en la factoría para reclamar una «carga de trabajo y garantía de futuro», así como «restituir los derechos y salarios que nos quita el ‘Acuerdo de la electrificación’ por incumplimiento de la empresa».