En un emocionante enfrentamiento entre Ucrania e Italia que determinaría la clasificación para la Eurocopa, la Azzurra logró asegurar su lugar, aunque no sin polémica. El estadio en Leverkusen fue testigo de un minuto 93 lleno de tensión, con el marcador estancado en 0-0 y la incertidumbre en el aire.
La jugada clave se desencadenó cuando un preciso pase de Zubkov encontró a Mudryk en el área italiana. En la lucha por el balón, el extremo del Chelsea se adelantó, encontrándose con Cristante, quién llegó tarde y lo derribó. La rodilla derecha del defensor chocó con la pierna izquierda del atacante, resultando una caída aparatosa de Mudryck. Las protestas locales clamaban por un penalti, pero el árbitro español Gil Manzano no señaló la falta cometida.
El VAR, representado por los también españoles Martínez Munuera y Del Cerro Grande, no indicó la revisión de la jugada, el juego continuó. El resultado final fue un empate 0-0, un alivio para la selección italiana y una decepción para Ucrania, que se ve relegada a la repesca.
Las opiniones sobre la controvertida decisión arbitral divergen, y el entrenador ucraniano, Sergei Rebrov, expresó su descontento:
«El VAR es el que decide y no nosotros. El árbitro de campo no fue llamado para verificar lo sucedido. Para mi fue penalti, pero hay un VAR que no consideró oportuno llamar al árbitro»
Este episodio ha generado un intenso debate en torno al VAR y su influencia en decisiones cruciales. Mientras Italia celebra su clasificación, Ucrania se prepara para afrontar la repesca, dejando a los aficionados y a la comunidad futbolística con un sabor agridulce por la polémica que envolvió este enfrentamiento.