El Ayuntamiento de Elche va a recurrir a una empresa privada para sanear más de 2.000 palmeras del Parque Municipal. El equipo de gobierno de Pablo Ruz contratará por 72.000 euros estos trabajos mientras se encarga la licitación de la poda de palmeras de los huertos patrimonio municipales.

PP y Vox ha decidido externalizar esta ardua labor comenzando por los lugares más emblemáticos del Palmeral ilicitano y también más visitados, de nuevo, por la falta de palmereros que sufre la plantilla municipal. Un problema histórico que ya hizo que en el anterior mandato, PSOE y Compromís optaran por la mano de obra privada para podar más de 6.600 ejemplares de la vía pública y de las pedanías anualmente hasta el año 2028. La consigna de entonces fue reservar a los huertos históricos a los trabajadores del Ayuntamiento.

En esta ocasión, el ejecutivo local ha justificado el contrato que acaba de sacar a concurso público, con «el compromiso de ofrecer un grado de mantenimiento tal que no desmerezca la imagen de las zonas ajardinadas y, debido a la confluencia de una limitación en cuanto a medios materiales y de equipos humanos del Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Elche, no ha sido posible llevar una actuación que pueda minimizar riesgo y peligrosidad».

El Parque Municipal de Elche, en imagen de archivo ANTONIO AMORÓS


El cometido que tendrá la empresa que se haga con el contrato, cuya duración será de dos meses, pasa por la poda de palmáceas, principalmente Phoenix dactylifera; la recogida selectiva de todos los residuos que puedan generarse durante las operaciones de poda, debiendo, finalmente, quedar todas las áreas de trabajo en perfecto estado de limpieza y presentación y el transporte y descarga de los residuos generados durante la ejecución de la poda a centro de vertido de residuos en las distintas zonas de acopio autorizadas.

Motosierra

Para evitar sustos como el de la motosierra, la maquinaria empleada por una empresa contratada por el Ayuntamiento en 2021 que renunció a los dos días de empezar el trabajo, Parques y Jardines ha vuelto a prohibir esta herramienta. Igual que se optó en el último contrato privado, será obligatorio el empleo de herramientas específicas de poda de palmeras, tales como el corbellote y la gumia. Las motosierras solo podrán ser usadas para el corte de estípites, ramas y tejidos totalmente secos que no pudieran realizarse con las herramientas de toda la vida.

Privatización

La polémica poda de hace dos años en la calle Pedro Juan Perpiñán abrió un debate entre los agentes sociales sobre cómo y quién tiene que cuidar el Patrimonio de la Humanidad. Poca gente puede comprender cómo la joya de la corona de la ciudad, con más de 200.000 datileras, tiene a su cargo menos de una decena de palmereros municipales.

Mientras el Ayuntamiento tira de contratos externos para poder podar los ejemplares, bajo el argumento de que es díficil sacar plazas públicas de palmerero y encontrar aspirantes, hay colectivos que temen que se acabe privatizando el cuidado del Palmeral ilicitano.

Sindicatos municipales y asociaciones como Volem Palmerar han venido defendiendo en Elche la necesidad de anteponer un refuerzo de la plantilla municipal a los contratos externos para la poda. Comisiones Obreras llegó a alertar hace dos años de «las pésimas condiciones de la brigada municipal y apunta a las bajas que se han ido produciendo en los últimos años sin que fueran remplazadas». El sindicato CGT reclamó entonces revertir el gasto en privatizar la poda de vía pública en el propio departamento de Parques y Jardines, con la creación de puestos de trabajo.

«Muy preocupantes» ha calificado Volem Palmerar las últimas palabras del alcalde Pablo Ruz sobre la ley del Palmeral y su «obstrucción al desarrollo urbanístico de la ciudad». El colectivo integrado en la junta gestora, uno de los órganos de control y vigilancia del bien protegido, se ha mostrado sorprendido porque se «intente obviar el dictamen de la ley» y además que se pretenda reformarla abriendo la puerta a ser más laxos con la edificabilidad frente a los huertos. Volem Palmerar defiende que es deber del alcalde «seguir respetando la ley vigente y no olvidar lo que se firmó para obtener el tan cacareado Patrimonio de la Humanidad, a riesgo de perderlo».