La Guardia Civil de Zamora ha desarrollado una importante operación contra las estafas bancarias a través de Internet que ha extendido sus ramificaciones a otras ocho provincias españolas.
La investigación desarrollada bajo el nombre de «Operación Coruni» ha permitido detener a dos personas e investigar a otras 56 por su supuesta implicación en las estafas cometidas contra clientes de entidades financieras. Las actuaciones de la Guardia Civil se han extendido a las provincias de Barcelona, Tarragona, Madrid, Granada, Valencia, Huelva, Gerona y Albacete y en algunas de ellas la investigación se ha desarrollado en más de una decena de municipios.
Los detalles de esa importante operación promovida desde la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora los ha ofrecido este martes el Instituto armado, que ha esbozado la importancia de la operación al dar cuenta del más de medio centenar de investigados.
Las arduas pesquisas que han permitido culminar una investigación que representa la mayor operación de cibercriminalidad desarrollada por la Comandancia de Zamora hasta el momento. La operación se inició en junio de 2022 y ha culminado ahora, aunque no está completamente terminada y aún se espera alguna actuación más.
El montante del dinero ha ascendido a 180.000 euros, de los que más de 100.000 fueron bloqueados por la entidad bancaria, parte de ellos a instancias de la Guardia Civil.
Las operaciones fraudulentas ascendieron a dos centenares.
Los dos detenidos lo son por pertenencia de organización criminal y estafa, mientras que hay otros dos investigados por los mismos delitos y otros 54 únicamente por estafa. Las detenciones se practicaron en Castellar del Vallés (Barcelona).
La estafa se consumaba a través de SMS que se enviaban como si procedieran de la entidad financiera en las que se advertía de que habían iniciado una sesión que no era suya o le habían realizado una operación fraudulenta y le pedían que lo solucionara a través de un enlace web que simulaba ser de la web del banco pero que dirigía a una web clonada en la que se consumaba la estafa al apropiarse con los datos de usuarios y contrañesa con los que luego operaba.
Para validar la transferencia, el ciberdelincuente llamaba posteriormente desde un número de teléfono que simulaba ser de la entidad bancaria, de la que decía ser la persona que le llamaba y le pedía la clave de la operación para cerrar la transferencia fraudulenta.
El subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, ha resaltado que la operación supone «un gran golpe» a la cibercriminalidad.