Del 20 al 24 de noviembre se celebra la edición 2023 de la Semana Europea del Hidrógeno, un compuesto que está ahora más relacionado con el mundo del automóvil que nunca, ya que la sostenibilidad se ha vuelto la piedra angular de la industria automotriz. Aunque esta la tecnología de pila de combustible de hidrógeno tiene más tiempo del que se cree, ha resurgido de nuevo como una prometedora alternativa a los motores de combustión interna tradicionales y a los vehículos eléctricos con batería.
¿Qué es un coche de hidrógeno?
Un coche propulsado por pila de combustible de hidrógeno, también conocido como vehículo de celda de combustible (siglas en ingles FCEV), utiliza la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno del aire para generar electricidad que alimenta un motor eléctrico. Este proceso se lleva a cabo en la pila de combustible, donde el hidrógeno almacenado en tanques se combina con el oxígeno del aire, generando electricidad y produciendo como único subproducto agua y calor. Esta electricidad se utiliza para alimentar el motor del vehículo, propulsándolo y generando así su movimiento.
La tecnología de la pila de combustible de hidrógeno se basa en una serie de reacciones electroquímicas que tienen lugar en un conjunto de celdas que forman la pila. Estas celdas están compuestas por membranas conductoras de protones, donde se lleva a cabo la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno para generar electricidad.
El hidrógeno necesario para este proceso puede obtenerse de diversas fuentes, como la electrólisis del agua, reformado de combustibles fósiles o a través de procesos de producción más sostenibles, como la producción a partir de energías renovables.
Un coche ‘eléctrico’ sin las desventajas del coche eléctrico
Un coche de hidrógeno se conduce y se comporta igual que un eléctrico, como pudimos comprobar con la prueba del BMW iX5. Es decir, que es silencioso, suave y sencillo de manejar, pero muy potente y prestacional. Y todo eso sin los problemas de los BEV, que son principalmente el tiempo de recarga y la autonomía. El iX5 se repostaba en apenas 5 minutos y podía recorrer unos 500 kilómetros con una carga de hidrógeno.
Ventajas del coche de hidrógeno
1. Cero emisiones de CO2: El único ‘residuo’ de la reacción en la pila de combustible es el agua, lo que convierte a los FCEV en vehículos libres de emisiones directas de CO2, contribuyendo significativamente a la reducción de la huella de carbono. Por el tubo de escape lo único que sale es agua, que además se puede beber.
2. Autonomía y tiempo de recarga: Los vehículos de pila de combustible de hidrógeno ofrecen una autonomía comparable a la de los vehículos convencionales y tiempos de recarga mucho más rápidos que los coches eléctricos con batería, ya que el repostaje de hidrógeno puede ser similar en tiempo a llenar un tanque de gasolina.
3. Menos mantenimiento: De nuevo, al igual que los eléctricos, los coches de hidrógeno requieren un menor mantenimiento que los modelos con motor de combustión, porque que tienen menos piezas de desgaste y porque el hidrógeno deja menos residuo que el gasoil y la gasolina.
4. Etiqueta Cero de la DGT: Otra cosa que comparte con los coches eléctricos, es que al no tener emisiones de CO2, luce el distintivo Cero de la DGT con todas las ventajas que ello supone.
5. También para camiones: El hidrógeno es una alternativa real, no sólo para turismos, sino principalmente para el transporte pesado. Los vehículos comerciales y de larga distancia, necesitan gran autonomía y cortos tiempos de recarga, algo literalmente imposible con la tecnología eléctrica de baterías.
6. Material abundante: El hidrógeno es un material súper abundante en la tierra, pero lo cierto es que su aplicación al automóvil es compleja, ya que precisa ser extraído con la máxima pureza posible, lo que complica su obtención.
Desventajas del coche de hidrógeno
1. Precio de compra: Los coches de hidrógeno son muy caros. Primero porque su producción es todavía limitada y no se puede aprovechar la economía en escala que abarataría su precio. Además, los tanques donde se almacena el hidrógeno son costosos de producir, ya que deben aguantar cantidades enormes de presión. El coche de hidrógeno más ‘barato’ en España cuesta 65.000 Euros.
2. Costos y eficiencia energética: La producción, almacenamiento y distribución del hidrógeno a gran escala todavía presenta desafíos técnicos y económicos, lo que puede hacer que esta tecnología sea costosa en comparación con otras opciones de propulsión.
3. Infraestructura de recarga: A día de hoy, la infraestructura de repostaje de hidrógeno es limitada en comparación con la red de carga eléctrica o estaciones de servicio de combustible tradicional, lo que dificulta la adopción masiva de estos vehículos.