La del pasado 26 de septiembre, en pleno debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, se convirtió en la función más importante que hasta la fecha había tenido que enfrentar Óscar Puente. Actor de teatro en su juventud, el nuevo ministro de Transportes y Movilidad llevaba ya muchas horas de escenario a sus espaldas, principalmente en el Ayuntamiento de Valladolid, donde lo ha sido todo. De concejal raso, pasó a encabezar la oposición al entonces regidor Francisco Javier León de la Riva, llevándolo incluso hasta los tribunales antes de arrebatarle el bastón de mando. Todo esto ocurrió entre los años 2007 y 2015. Tras dos mandatos al frente de su ciudad natal, un pacto entre Partido Popular y Vox le devolvió este pasado mes de mayo de 2023 a la oposición. Y, a partir de ahí, todo es historia.
Óscar Puente (Valladolid, 1968) es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid y letrado en ejercicio desde el año 1995. El socialismo le viene de cuna. Su abuelo, destacado militante, terminó en prisión por su oposición a la dictadura franquista. Por eso, probablemente, el nuevo ministro de Transportes y Movilidad siempre ha dejado la tibieza a un lado y ha apostado por llamar a las cosas por su nombre, además de contar con un fuerte sentido de la lealtad. En el año 2017, cuando Pedro Sánchez visitaba España con su coche para captar apoyos en las primarias del PSOE después de que le invitaran a abandonar la formación, el político vallisoletano consiguió llenar la Cúpula del Milenio para que el presidente se diera su último baño de masas antes de pasar por las urnas. Algo que ninguno de los dos ha olvidado.
Los ocho años que Óscar Puente ha permanecido al frente de la Alcaldía de Valladolid han servido para transformar la política de movilidad del núcleo urbano, con una decidida apuesta por la descarbonización a través de vehículos no contaminantes, alquiler de bicicletas y carriles separados para quienes apuestan por las cero emisiones. No era extraño verle en traje y a dos ruedas para acudir al Ayuntamiento, como tampoco lo es encontrárselo en chándal corriendo a primera hora de la mañana.
Las nuevas funciones que asumirá dentro del Ejecutivo de Pedro Sánchez le llevarán a practicar el encaje de bolillos entre las cesiones de Rodalies al independentismo y la deficiente cobertura ferroviaria de la tierra que le vio nacer. Mientras las comunidades más pudientes le exigirán retirar los peajes de sus autovías, en Castilla y León se le reclamará terminar la construcción de la A-11 tras más de tres décadas de obras que no llegan a ningún sitio. Su nombramiento ha sido bien considerado al respecto tanto a izquierda como a derecha, puesto que el valor que más se aprecia para un ministro de la cosa es que, por lo menos, conozca el territorio.
Óscar Puente es un tuitero convencido y ha sido a través de las redes sociales como los ciudadanos han podido conocer la faceta más personal del que será ministro de Transportes y Movilidad. Es un amante de la música y no le duelen prendas para declararse fan absoluto de Taylor Swift, a quien ha intentado, sin éxito, llevar al escenario de las fiestas de Valladolid. El dirigente socialista es también un tipo de buen comer, con paladar fino y un empeño por encima de lo normal para situar a su tierra como referente gastronómico.
Es padre de dos hijas. La mayor, acaba de comenzar la universidad. La más pequeña, estudiante de Bachillerato, participó en la edición de 2021 del programa “La Voz Kids”, donde se pudo ver al ministro con su ahora exmujer entre bambalinas dándole apoyo. Junto con la música y el teatro, la lectura es otra de sus grandes pasiones, así como el cine. El último gran acto como alcalde fue su participación en el Festival de Cannes la pasada primavera para presentar allí la próxima edición de los Premios Goya, que se celebrarán a principios de 2024 en Valladolid. Una función con la que dijo adiós al papel de regidor, antes de convertirse en protagonista del nuevo Gobierno de España.