«Siempre es bueno tener un ministro canario», ha afirmado el portavoz del Gobierno de Canarias, Alfonso Cabello, tras conocer que el socialista Ángel Víctor Torres se incluye en la relación de hombres y mujeres que acompañarán al presidente Pedro Sánchez en el Ejecutivo central. La extrañeza por tener que esforzarse para hallar en la relación a la nueva responsable de Migraciones, la decepción por no tener ya a José Luis Escrivá en ese ámbito y la apertura de un nuevo horizonte para tratar el asunto de los menores no acompañados son otras de las conclusiones extraídas.

Como ministro de Política Territorial, Cabello ha señalado que Torres «tendrá mucho que decir» en lo que respecta a la «defensa del Estatuto de Canarias». En esa misma línea, ha destacado la idoneidad de «encontrar una interlocutor» para todo aquello que tenga que ver con el «REF (Régimen Económico y Fiscal)», uno de los principales muros de incomprensión en el que tropiezan los intereses del Archipiélago de manera habitual.

No se mueve y, además, se hace con una vicepresidencia (la cuarta), es la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ya tiene camino recorrido en cuanto a respirar pensando en las Islas antes de adoptar medidas ignorando el fuero canario. El continuismo en el corazón del Gobierno de España es algo que no desagrada a Fernando Clavijo y su equipo. Significa no tener que perder el tiempo en volver a explicar todas y cada de las especificidades que se derivan de la especial ubicación y estructura del Archipiélago.

Adiós a Belarra

Aparte de Montero, también la renovación en el cargo de Teresa Ribera, que «ya conoce la crisis energética», ha recordado el portavoz del Gobierno canario, ha sentado bien en las Islas. Tan bien como la salida de «otros ministros», ha subrayado Cabello. El nombre de Ione Belarra no se ha pronunciado en la tradicional comparecencia tras la reunión de los lunes del Gabinete de Fernando Clavijo, pero el desencanto por su sonada ausencia en la búsqueda de soluciones a la presencia de menores migrantes -4.300, según el Gobierno de Canarias- ha supuesto una decepción en el Archipiélago.

De su sucesor, Pablo Bustinduy, poco se sabe aparte de que llega de la mano de la vicepresidenta Yolanda Díaz. Poco tendrá que esforzarse para mejorar lo hecho por su predecesora en Derechos Sociales. Se repartirá además la tarea con Sira Rego, cuota de Izquierda Unida (IU) en el Gobierno de Sánchez.

El principal lamento hecho público es la ausencia de José Luis Escrivá, que se mantiene en el Consejo de Ministros, pero ya lejos del problema migratorio. «Es el que hasta el momento ha mostrado mayor sensibilidad con el problema», ha señalado el portavoz del Gobierno canario; «el único que ha dado un paso al frente».

Contactos inmediatos

Ha extrañado la falta de claridad a la hora de poner en primer plano los asuntos migratorios. Elma Saiz parece la llamada a ocuparse, pero durante buena parte de la mañana su nombre se ligó en exclusiva a las competencias en Seguridad Social, algo que no ha pasado desapercibido durante la reunión del Gobierno de Canarias.

El presidente Fernando Clavijo aprovechó el encuentro semanal con todos sus consejeros para pedirles que contacten cuanto antes con sus pares en el Gobierno de España y soliciten reuniones para hacerles llegar las necesidades de las Islas.

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