En mayo de 2022 trataron de matar a tiros a un joven en pleno centro de Xirivella (Valencia) tras dispararle desde un vehículo en marcha. Milagrosamente no le alcanzaron pero su acción fue castigada por la ley gitana con el destierro del municipio tras una especie de cónclave –en el que estuvo presente este periódico– para dirimir las medidas a adoptar con los agresores. A la espera de que la justicia ordinaria los juzgue por estos hechos, los presuntos autores de aquel tiroteo, un padre y su hijo, de nuevo han vuelto a desplegar su violencia en las calles de Xirivella y durante la medianoche del viernes acuchillaron y propinaron una brutal paliza a un hombre de 34 años, con problemas de movilidad, a las puertas de un pub de la calle Juan de Molina de Xirivella.

«No son personas, son demonios, le acuchillaron y le pisotearon en el suelo, y eso que saben que está inválido», se lamentaba una hermana del herido, quien permanece en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de València. David M. M. sufrió cinco cuchilladas, una las cuales le ha afectado el pulmón derecho. «Además le pegaron patadas estando indefenso en el suelo», añade destrozada por lo ocurrido la mujer de la víctima.

«No son personas, son demonios, le pisotearon en el suelo y eso que saben que está inválido»

«¡Va a haber sangre por sangre!», gritaban los familiares del hombre acuchillado a las puertas del hospital, quienes claman justicia contra «sus asesinos». «Más les vale que mi hermano se salve y Dios esté con él, porque si no van a tener guerra, ¡guerra!», remarca una de las hermanas de David, mientras este se aferra a la vida en la UCI del hospital.

Al cierre de esta edición los presuntos autores de la agresión todavía no habían sido localizados. Se trata de Julio D. B., de 44 años, y su hijo Luis Miguel D. M., de 25 años, del clan de los ‘Franceses’. Ambos están pendientes de ser juzgados por tirotear a un joven en la calle Rei En Jaume de Xirivella en mayo de 2022. Ahora se les sumaría esta tentativa de homicidio u asesinato.

La vivienda de los presuntos autores fue incendiada esa misma noche. Ignacio Cabanes


Esa misma noche, apenas unas horas después del acuchillamiento, la vivienda de la familia de los presuntos agresores, situada en la calle Monterrey de Xirivella, fue encontrada ardiendo. La policía sospecha que se trataría de la reacción de venganza más inmediata del entorno del agredido.

El incendio destapó una plantación de marihuana

«Nos pilló durmiendo pero nos hemos llevado un susto al ver todo el humo», relataba Federico, vecino pared con pared con la casa incendiada. Cuando se produjo el fuego no había nadie en el interior. Lo que sí hallaron los policías, una vez extinguidas las llamas por los bomberos, fue una plantación indoor de marihuana con cerca de 200 plantas, que han sido intervenidas.

Para tratar de apaciguar los ánimos y la sed de venganza de los familiares del acuchillado, un patriarca –u hombre de paz como prefieren que se les llame– acudió esa misma noche al lugar de los hechos y posteriormente al hospital para colaborar con la policía en lo que fuera necesario y evitar que haya más víctimas de uno u otro clan. «Intentamos que no haya más sangre y que la justicia pueda actuar», apuntó José, de Xirivella.

En esta ocasión los presuntos agresores, que están siendo buscados por la policía, ni siquiera tuvieron en consideración que su víctima estaba todavía convaleciente tras haber sufrido un accidente de moto el pasado año, por el que permaneció tres meses en la UCI y que le ha dejado secuelas de movilidad. Ahora lucha contra la muerte en este mismo hospital.