Este tema es muy interesante. Existen unos pilares fundamentales en el tratamiento de la sepsis que están reflejados en unas guías internacionales que se actualizan cada cierto tiempo. La última actualización fue en 2021, y los profesionales de todo el mundo debemos aplicar a los enfermos el tratamiento básico que contempla. En general consiste en controlar el foco de infección, reanimar a los enfermos y en tratar el fallo de los órganos si se produce. Sin embargo, hay subgrupos de pacientes que se benefician de una medicina más personalizada. De hecho, la investigación actual se dirige a identificar estas subpoblaciones con sepsis o fallos orgánicos que pueden acceder a tratamientos más dirigidos. Esto se conoce como medicina de precisión y va a ser uno de los asuntos que trataremos en la reunión. 

¿Cuáles son las principales enfermedades infecciosas que suelen llevar a los pacientes a las áreas de críticos?

Básicamente, las neumonías, las infecciones de los catéteres y las patologías de infección en el abdomen como la peritonitis. No obstante, nos encontramos con una gran variedad de casos. Sin ir más lejos, hay infecciones por implantes como prótesis o marcapasos que nos preocupan mucho. También se producen infecciones en pacientes trasplantados a las que hay que prestar muchísima atención. Como ya se sabe, en el Negrín ya realizamos trasplantes cardíacos y pulmonares. Por eso, va a ser muy importante abordar este tema en una mesa exclusiva durante la reunión de expertos, ya que, en estos casos, para nosotros es algo nuevo. También vamos a hablar de las infecciones fúngicas y de neurointensivismo: diagnóstico y terapéutica de meningitis, abscesos cerebrales y ventriculitis.

La pandemia de coronavirus visibilizó el trabajo de los intensivistas. Ahora que la situación epidemiológica está controlada, ¿qué retos se marcan los profesionales? 

En realidad, los retos están presentes en nuestro trabajo diario. Hay que tener en cuenta que está cambiando drásticamente el perfil de pacientes que vemos, pues cada vez son más mayores, es más frecuente que estén trasplantados de órganos sólidos y están inmunosuprimidos, lo que les lleva a ser muy vulnerables ante las infecciones. Otro gran desafío son las bacterias multirresistentes, que están provocando millones de muertes en el mundo. Este conflicto está obligando a las industrias farmacéuticas a buscar nuevos antimicrobianos y a los propios médicos a pautar tratamientos cada vez más cortos, más dirigidos y más precisos para evitar que las bacterias muten y se vuelvan resistentes. En el Hospital Negrín ya contamos con test rápidos moleculares que nos permiten averiguar si un paciente porta un germen multirresistente y tomar las medidas pertinentes. 

Una de las grandes metas del gremio es humanizar las ucis. ¿Cómo están trabajando para conseguir esto?

Todavía estamos en ello. Madrid, por ejemplo, está implementando un plan de humanización que es muy interesante. Tanto es así, que una supervisora nuestra se va a trasladar a Madrid la próxima semana para valorar el proyecto. Estoy seguro de que nos vamos a sumar a esta iniciativa, ya que para nosotros es fundamental la comodidad de nuestros pacientes y sus familiares. 

A su juicio, ¿cuál es el principal desafío al que se enfrenta la especialidad?

Abrirnos a los demás. Esta especialidad debe extenderse por todo el hospital y, en colaboración con el resto de compañeros, ser capaces de anticiparnos a las complicaciones de los pacientes y ofrecer respuestas más rápidas. En mi opinión, este tiene que ser el presente y el futuro de los Cuidados Intensivos. Nosotros, por ejemplo, trabajamos muy de cerca con los neurólogos y neurocirujanos en el área de Neurocríticos, los cardiólogos y los anestesistas. 

¿Cuáles son las innovaciones tecnológicas más destacadas que han logrado mejorar las tasas de supervivencia en la UMI?

Si hablamos de infecciones, hay que decir que en los últimos años se han producido avances en nuevos antibióticos, antivirales y antifúngicos que han logrado mejorar el pronóstico de los pacientes. Por otro lado se encuentra la inteligencia artificial, que va a cambiar por completo el manejo de nuestros tratamientos. Esta tecnología reúne muchísimos datos y algoritmos que permiten que apliquemos terapias mucho más precisas de forma más precoz y predecir complicaciones. Se trata de una innovación muy prometedora que esperamos que contribuya a reducir la mortalidad. 

¿Ha mejorado el abordaje del síndrome post-UCI en los últimos años?

Sí, pero hay comunidades autóomas que han avanzado más que otras. En este sentido, tengo que decir que en el Negrín contamos con una consulta de seguimiento de los enfermos que han sido dados de alta en intensivos. Hay que tener en cuenta que hasta un 50% de las personas con patologías graves que precisan asistencia en estas áreas va a presentar el síndrome post-UCI, por lo que hay que trabajar mucho con este grupo de afectados para que se incorporen por completo a la sociedad. 

¿Cuántas secciones tiene la UMI del centro?

Una UMI de un hospital tan importante como este para nuestra comunidad tiene que contar con varias secciones: una dedicada a las intervenciones cardiovasculares, otra a las patologías de neurointensivismo, un área para los enfermos con fallo respiratorio –donde antes permanecían los pacientes con covid– y un espacio destinado a los implantes de dispositivos de electroestimulación cardíaca y su seguimiento en consulta externa presencial, y en remoto desde el domicilio de los pacientes.

¿Ha logrado recuperar la unidad el ritmo de actividad que existía antes de la pandemia?

Sí. Ahora mismo, puedo garantizar que la unidad está funcionando al mismo nivel que antes de la pandemia. 

¿Cuáles son los objetivos fundamentales de esta reunión de expertos?

Los objetivos generales se centran en hacer hincapié en la actualización de la prevención diagnóstica y el tratamiento de las infecciones nosocomiales –hospitalarias– o comunitarias que requieren ingreso en intensivos y en la actualización de los métodos más novedosos de identificación de los gérmenes más relevantes y de los principales mecanismos de resistencia a los antimicrobianos. Los específicos están enfocados en la actualización del manejo de las infecciones nosocomiales en pacientes trasplantados que requieren ingreso en nuestras áreas, los nuevos manejos de las infecciones de los pacientes críticos con dispositivos y en las mejoras en el abordaje de las infecciones en pacientes críticos tras la defervescencia de la pandemia.