El sector se ha recuperado y así lo demuestran los indicadores de 2022 y de lo que llevamos de 2023. Tenemos grandes cifras de llegadas, pernoctaciones y gasto turístico, mejores que antes de la pandemia. Pero hay que pensar en otras cuestiones, como en la satisfacción de la sociedad local, la contribución del sector al empleo de calidad, los consumos de agua o energía, la generación de residuos o la conectividad. Hay variables que se deben tener en cuenta desde una perspectiva social. 

¿Es urgente diversificar el turismo en Canarias para que no solo sea de sol y playa?

Sí, porque en Canarias será complicado que se produzca un desarrollo industrial, por ejemplo, pero sí pueden nacer empresas de marketing para prestar servicios al sector turístico, en el ámbito audiovisual o del deporte. Son sectores que conectan con el turismo y a partir de los cuales puede producirse la diversificación de la economía canaria. En ese sentido, la iniciativa para incentivar el turismo MICE puede ser realmente interesante. Hay que especializar el sector turístico porque no podemos continuar con esta dinámica turística ni construir más hoteles. Tenemos que conservar el medioambiente y subir los estándares sociales porque tenemos malos indicadores de pobreza y desempleo. Tenemos que hacer que el turismo contribuya y por eso debemos aprovechar más la cadena de valor de este sector, no solo trayendo turistas y alojándolos en las Islas, sino generando empresas de servicios relacionadas. Segmentos poco desarrollados como el MICE pueden ayudar. Sufrió mucho con la pandemia, pero precisamente la crisis sanitaria dejó clara la necesidad de las empresas de fomentar el contacto humano y por eso estos eventos están moviendo a tanta gente. 

¿Trabaja Canarias lo suficiente para mejorar la calidad del turismo y que eso prime sobre la cantidad de turistas que llegan? 

El concepto de turismo de calidad es escurridizo. Lo que queremos es un turismo que tenga una contribución positiva al medioambiente y también desde el punto de vista social. En ese sentido, el turismo MICE puede ayudar aunque también es verdad que su fomento tampoco va a cambiar radicalmente el turismo en Canarias, pero es cierto que hay un mercado europeo de grandes eventos por el que compiten muchos lugares y en el que ahora Canarias compite en segunda división. Existen oportunidades y creo que este tipo de actividades pueden ser una gota más en el proceso de transformación hacia un turismo que tenga las condiciones adecuadas. 

El sector turístico de las Islas debe incorporar cada vez más estrategias y conocimientos




¿Qué importancia real tiene ahora mismo la industria MICE para Canarias y su turismo? 

Actualmente tiene un papel bastante marginal porque somos una gran potencia de sol y playa y los turistas vienen para desarrollar actividades de tiempo libre. En ese segmento tenemos un peso tan importante que realmente la actividad de los congresos no destaca. Pero sí podría ayudar a reducir los bajones estacionales del turismo en Canarias y generar actividades complementarias. No hay que pensar que las producciones audiovisuales o el turismo MICE van a cambiar radicalmente el modelo de Canarias pero eso, unido a otras actividades relacionadas con el deporte, por ejemplo, pueden ayudar a diversificar el sector para afrontar el futuro incierto que se acerca. No podemos basar nuestro modelo de negocio en traer un turista, tenerlo en un hotel y que solo haga una pequeña visita, debemos tener un modelo mucho más rico. 

La Asociación Canaria de la Industria MICE habla del factor promocional de los eventos para dar a conocer el destino y que los participantes vuelvan después. ¿Cómo de importante es el turista que regresa a las Islas? 

Canarias vive de los turistas repetidores. Somos la gran envidia de muchos destinos turísticos. Hay otros lugares, sobre todo los culturales, que tienen el problema de que la gente que los visita no repite, pero el modelo de Canarias ofrece bienestar temporal y por eso les gusta volver.  

¿Es el turismo relacionado con la industria MICE el que mayor efecto multiplicador puede tener ya que son muchas las empresas relacionadas que trabajan en estas actividades?

Sí, efectivamente. Detrás de ese turismo se puede crear toda una industria. Hay que lograr, incluso, que sean los proveedores locales los que contribuyan porque no podemos permitirnos traer un evento y que también llegue desde fuera la organización, el conocimiento y los trabajadores porque, de esa manera, poco estaremos contribuyendo a la mejora del empleo, de la calidad y del gasto en destino. 

Debemos explotar nuestra ubicación, entre continentes, siempre se habla pero nunca se concreta


decoration

Recientemente se presentó Viaje a la descarbonización, una plataforma que acompaña a las empresas turísticas en su camino hacia la neutralidad climática. ¿El turismo MICE podría ser un aliado en ese sentido?

Tenemos un problema con la descarbonización y las restricciones al transporte aéreo, del que somos dependientes, y que va a experimentar cambios importantes en los próximos años. Todo eso generará un proceso de transición en el que necesitamos tener un sector turístico lo más amplio posible y capaz de absorber diferentes tipos de productos. Por eso hay que incorporar más conocimientos, información y estrategias. No podemos quedarnos con la historia tradicional de la dinámica turística, que consiste en crear cada vez más camas pero sin llevar a cabo cambios estructurales en el producto. Ahora el entorno es mucho más competitivo y muchos más países están perfilando estrategias potentes. Conyunturalmente, Canarias se verá beneficiada de la inestabilidad que se vive en otras partes del mundo pero a medio plazo tendremos que cualificar el modelo turístico. No es sencillo, si fuera fácil ya lo habríamos hecho, pero hay que pensar que quizás podríamos ser líderes en el segmento de organización de congresos y eventos sostenibles, con una huella de carbono cero. Es necesario que, dentro de cada segmento, seamos imaginativos y destaquemos entre la competencia para atraer a más turistas. 

¿Y precisamente el turismo de congresos puede llegar a ser sostenible?

Estamos ante viajes que normalmente son de larga distancia, en avión, con estancias cortas… No son los elementos que mejor se adaptan al turismo sostenible. Así que habrá que estudiar la manera de lograr mayor sostenibilidad. De entrada, no es el segmento más apropiado desde esa perspectiva pero podemos trabajar para albergar eventos más sostenibles que otros lugares porque hay una posibilidad importante. 

¿En que otras ciudades se podría fijar Canarias para desarrollar esta industria turística? 

Las grandes ciudades europeas generalmente tienen infraestructuras para desarrollar estos eventos, como Barcelona o Madrid, y otras grandes capitales. Hay muchos espejos en los que mirarse pero al mismo tiempo debemos darle una vuelta para encontrar algo que nos haga diferentes. En Canarias no partimos de cero con este segmento pero debemos trabajar para ser más atractivos. Debemos explotar nuestra ubicación, entre tres continentes, que siempre se habla de ello pero luego no se concreta nada. 

Habla usted también de la necesidad de implicar a los canarios y de que tengan una buena percepción del turismo que llega. ¿Sería una labor fácil con el turismo de congresos?

Sí. Efectivamente es un sector rentable y que genera empleo. Necesitamos hacer que el turismo sea un instrumento de bienestar para la población. Hay una cierta anomalía en el hecho de que Canarias sea líder en el sector turístico pero que también destaque en los indicadores más negativos de Europa, como en desempleo. Eso nos pasa porque hemos descansado demasiado en nuestros recursos naturales, que sin grandes esfuerzos nos han hecho líderes. Pero el cambio climático nos obliga ahora a implicar más elementos porque podemos perder esa ventaja, que se va a ir erosionando. Tenemos que diversificar internamente el sector turístico y ofrecer mejores condiciones de empleo y formación. 

¿Está preparada Canarias a nivel de infraestructuras para afrontar el crecimiento de este tipo de turismo?

Tenemos algunos grandes centros pero si realmente apostamos por este modelo habría que contar con instalaciones más grandes. Ahora mismo existe la planta necesaria pero lo bueno de este tipo de actividad es que incluye precisamente la formación y la creación de empresas de servicios vinculados a la realización de eventos. Todo eso es trabajo cualificado y es en la línea que debemos trabajar. 

Hay que tener cuidado con los incentivos porque pueden llegar a ser contraproducentes


decoration

¿Qué valoración hace de las deducciones fiscales aplicadas a la industria del cine en Canarias y su repercusión en la economía y el turismo de las Islas?

Hay un número creciente de producciones que se desarrollan en Canarias y cada vez que hay un evento de este tipo se moviliza una cantidad de recursos y empresas importante. El problema del cine es que la mayor parte de los trabajadores vienen de fuera. Sin embargo, en un segmento como el MICE podría existir una infraestructura local potente y que sean las empresas locales las que ofrezcan los servicios. Desarrollar en Canarias una industria vinculada al mundo audiovisual no sería tan importante como diseñarla para el turismo MICE. Sería más factible y ayudaría a diversificar la economía. 

De este modo, ¿pasa la mejora del turismo en Canarias por la puesta en marcha de incentivos fiscales? 

Dado que Canarias tiene establecido ese sistema de incentivos fiscales, no parece descabellado que un sector como el MICE pueda recibir ventajas fiscales para promoverlo pero habría que leer la letra pequeña. Esta propuesta es una forma de mejorar los datos de la temporada baja turística en las Islas porque esos eventos podrían dinamizar las Islas y mejorar la imagen del Archipiélago. Pero hay que tener cuidado con los incentivos porque pueden tener consecuencias indeseadas y por eso hay que ser prudentes. Se ha tratado de fomentar el segmento del turismo de congresos sin incentivos y no se ha desarrollado lo suficiente por lo que esta propuesta podría ayudar, no tanto a desarrollar la planta turística, sino para iniciar la transición del turismo hacia un modelo con valor añadido.