Canarias reúne todos los requisitos necesarios para ser un destino MICE −meetings, incentives, congress and events− de primer orden. Poseemos un clima benigno todo el año, quizá de los mejores del mundo; unas infraestructuras congresuales y hoteleras de primer nivel; una buena conexión aérea con las principales ciudades europeas; la percepción como destino exótico para muchos europeos; o la sensación de ‘trabajar y descansar’ al mismo tiempo, entre otro puñado de razones que me vienen ahora a la cabeza. Sin embargo, y siempre tenemos un ‘pero’, parece que no nos situamos en la misma liga que ciudades como Málaga y San Sebastián en cuanto a captación de congresos, por dejar fuera a Madrid y Barcelona, que juegan en Champions.
¿Qué razones hay para que teniendo las mejores materias primas no lleguemos a estar entre los mejores? Son varias, sin duda, y de diversa índole. Miremos en primer lugar para dentro, para nuestro sector, porque al ser Canarias un destino en el que aún la turoperación supone un alto porcentaje de las reservas, esta circunstancia hace que los establecimientos hoteleros puedan destinar un cupo reducido y no continuo todo el año para destinarlo a este tipo de segmento, el del turismo de congresos. A la hora de cotizar un congreso de un tamaño medio, de por ejemplo 500 asistentes, hay que contar con la garantía de reserva de habitaciones suficientes y eso, en un destino en el que la mayoría de los hoteles son vacacionales y trabajan con contratos a un año vista, no es nada fácil.
Sin embargo, creemos que este no es el inconveniente más destacado, puesto que se produce también una promoción deficiente de este segmento turístico en Canarias. Efectivamente, el Archipiélago suena mucho más en la Península y en Europa como un destino vacacional que como un destino de congresos y eventos. Y es curioso, porque como dije al principio, teniendo unas infraestructuras congresuales de primer nivel, en un entorno que las potencia, algunas de esas instalaciones congresuales, de los espacios destinados para albergar los actos MICE, están fuera de mercado debido a las pretensiones de sus gestores, como así lo confirman los agentes y operadores OPC (organizadores profesionales de congresos).
El turismo de congresos facturó en 2022 en el Archipiélago cerca de 350 millones de euros, una cuantía en claras vías de expansión si nos lo tomamos en serio
Según datos del Gobierno de Canarias, superada la etapa de pandemia sanitaria, el turismo MICE facturó en 2022 en las Islas cerca de 350 millones de euros, una cuantía en claras vías de expansión si nos lo tomamos en serio. El recorrido que aún tiene esta modalidad llevó incluso al Parlamento de Canarias a aprobar en 2022 una proposición no de ley (PNL) sobre incentivos fiscales para el segmento MICE en el sector turístico con el fin último de que el Gobierno estatal modifique la Ley 19/1994 del REF y sitúe este segmento en condiciones análogas a las que disfrutan las producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales realizadas en Canarias.
Los beneficios son palpables. Un informe técnico elaborado por la consultora PwC en 2020 recoge que el turismo MICE mejora el posicionamiento de las Islas como destino turístico mediante la diversificación de la industria; genera externalidades que fomentan el desarrollo económico; produce una visión positiva del lugar; y, en términos generales, el turista de congresos tiene un nivel adquisitivo y poder cultural alto, lo que se traduce en un gasto medio superior al de la media.
El turista de convenciones y negocios tiene un nivel adquisitivo y poder cultural alto que se traduce en un gasto medio superior al de la media
El mismo informe, incluso, advierte a las administraciones públicas del alto potencial de este segmento, poco desarrollado en las islas, que contribuiría además a la generación de puestos de trabajo, así como a la diversificación del sector económico y especialización de la oferta turística en Canarias.
Estas son solo algunas pinceladas del diagnóstico que ahora entre todos debemos impulsar. Sabemos que no es una gestión sencilla, que son varios los agentes que intervienen, pero es necesario, urgente diría yo, que todos esos operadores, desde la parte pública hasta la privada, trabajen de la mano: Gobierno, empresarios del sector turístico, OPC, gestores de infraestructuras… Tenemos que llegar a puntos de encuentro, porque este es un segmento turístico que funciona, y muy bien, en otras zonas de España, ¿por qué no iba a funcionar en Canarias?