La Balón de Oro abrió la lata en el Clásico a pase de la noruega, que dio un recital en la banda derecha y dejó en ridículo a Olga Carmona

Aitana Bonmatí y Caroline Graham Hansen celebran el 1-0 en el Barça-Real Madrid

Alejandro Garcia / EFE

Cada partido es un espectáculo. Para el deleite de los seguidores culés con el mejor fútbol que puede verse hoy en día en categoría femenina. Ausente Alexia Putellas, Aitana Bonmatí y Caroline Graham Hansen tomaron el mando de las operaciones en la fase ofensiva de una máquina que pasó por encima literalmente del Real Madrid de Alberto Toril. Linda Caicedo, recién nombrada Golden Girl en detrimento de Salma Paralluelo, tampoco pudo hacer nada ante el vendaval azulgrana rubricado especialmente por Aitana y Graham.

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Aitana cumplió a su cita con el gol en los Clásicos derribando el muro de una Misa Rodríguez que evitó un sonrojo mayor. Recibió de Graham en la frontal y la puso en el palo para desatar el delirio en la grada. Es su quinto gol ante el Madrid y el sexto del curso. El palo le privó de meter un doblete como ante el Benfica en una matinal que ya valió la pena sólo por ver el carrusel de driblings de Graham con medias vueltas incluidas y una ‘rotura de cadera’ a la campeona del mundo Olga Carmona. De ese quiebro nació un remate al poste. De haber entrado, el Premio Puskas ya tendría un gol candidato de la gran olvidada a los premios individuales. Goleadora también en una Champions que abrió con ‘hat-trick’ de asistencias, la noruega se desquitó metiendo el 2-0 tras una rosca de Salma Paralluelo al larguero. El Estadi Olímpic alucinó con su exhibición. Sólo con verla a ella valió la pena pagar la entrada.

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