Si de algo sirven los parones internacionales, además del descanso que implica para los jugadores que no se marchan con sus selecciones, es para tocar las teclas que no están funcionando o que tienen margen de mejora. El actual es el tercer alto en el camino desde que comenzó la temporada y el Valencia lo está afrontando en una situación cómoda. A pesar de la abultada derrota en el Santiago Bernabéu, Rubén Baraja tiene a su equipo noveno en la tabla, con 18 puntos en el casillero, 11 por encima del descenso, que era el principal objetivo. Ahora es momento de seguir puliendo detalles para no cambiar esta inercia.

Y en la lista de asignaturas a mejorar aparece marcado en rojo el balón parado. Desde la jornada uno, las estadísticas en este apartado dejan en mal lugar al Valencia en comparación con el resto de equipos. El conjunto de Mestalla es, empatado con Las Palmas, el peor equipo de LaLiga atacando en el juego aéreo. De los 18 goles a favor, ninguno ha llegado a balón parado. La estrategia no está funcionando, los rematadores no se están erigiendo en ataque y en los libres directos la fortuna no está sonriendo. Esa combinación está dando como resultado a un Valencia poco imponente en las jugadas a balón parado. La importancia de este dato se entiende echando un vistazo a los seis goles que ha marcado el Betis en este tipo de jugadas, o los cinco del Madrid, Sevilla y Real Sociedad. Tantos que, a la postre, se convierten en puntos importantes.

El bajo rendimiento en área rival va de la mano con las prestaciones en área propia. Y es que en defensa el Valencia también está a la cola en la estrategia, habiendo encajado cuatro goles en total en este tipo de jugadas. Empatado, eso sí, con otros siete equipos. Además, dos de esos cuatro goleshan costado puntos de forma directa. Más concretamente han ‘convertido dos empates (dos puntos) en dos derrotas (0). Ante Osasuna, en la jornada tres y con el partido empatado a uno, Nacho Vidal empujó, de chilena, el balón al fondo de las mallas en un saque de esquina que, todo sea dicho, no debió haberse sacado por una falta previa sobre José Luis Gayà. En la séptima fecha la Real se llevó los tres puntos de Mestalla aprovechando un despiste imperdonable de la defensa valencianista. En una falta cercana al centro del campo, Tierney puso el balón en juego rápidamente hacia Carlos Fernández y el ariete no perdonó. Peores datos en defensa solo registran el Almería (seis goles encajados) y el Sevilla (cinco).

Hay potencial

La buena noticia para Baraja es que el potencial para mejorar lo tiene en plantilla. Solamente hay que echar la vista a la temporada pasada en la que los números eran distintos, sobre todo en las acciones ofensivas. De los 42 tantos anotados en total, ocho fueron en jugadas a balón parado. Es decir, casi un 20 por ciento que contrasta de sobremanera con el cero por ciento de la actual campaña. Entre los nombres obligados a dar un paso al frente en este sentido se encuentra Yaremchuk. El ucraniano, fichaje sobre la bocina del pasado mercado, es un rematador de 1,91 metros de altura. De momento, en los minutos que ha participado, no ha rendido al nivel que se espera.