Juan Cuenca se ha quedado solo. Lo ha explicado tras conocer la muerte de Agustín Ibarrola, mientras preparaba el viaje a Bilbao para acudir este sábado a la despedida de su amigo, al que conoció poco después del viaje a París que realizaron sus compañeros de Equipo 57.
Después de aquel viaje, lo conoció en Córdoba y fue entonces cuando se creó el grupo. «Guardo este sentimiento de soledad desde que murió Juan Serrano, pero ahora ya soy el último», decía consternado. Aunque en los últimos tres años el contacto con Ibarrola había sido a través de sus hijos, ya que él estaba afectado en su entendimiento desde los 90 años por una caída, Juan Cuenca guarda un recuerdo extraordinario del artista. «Hemos compartido muchas cosas, él siempre estuvo muy vinculado a Córdoba, vino mucho por aquí entre 1957 y 1962, cuando ingresó en la cárcel, y después ha pasado largas temporadas en mi casa y yo he estado con él en su caserío de Kortezubi», ha comentado, «le gustaba venir porque venía sin escolta y se sentía muy libre aquí, estaba feliz».
En su opinión, Agustín Ibarrola era un hombre «muy valioso, una persona muy valiente y muy luchador en todos los aspectos de la vida, también como artista, era un hombre inquieto e íntegro de una gran conciencia social y política». Descanse en paz.