Michael Phelps, que es el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos con 28 medallas, debutó en el año 2000 y se retiró en el 2016. Sin embargo sus problemas de salud mental comenzaron en el año 2004 tal y como contó en el World Business Forum #WOBI celebrado en Madrid.
«Cuando era niño entrenaba con otros ocho años mayores que yo. Era raro, pero disfrutaba haciéndolo. Siempre he disfrutado nadando, aunque este es un deporte bastante solitario. No puedes hablar con nadie, ni escuchar música… Eres tú contigo mismo. No podemos hablar unos con otros, aunque no me gusta usar la palabra ‘no poder’, habría que quitarla del diccionario», comenzó contando Michael Phelps.
Haciendo alusión al año 2004, en el que consiguió sus ocho primeras medallas en unos Juegos Olímpicos, seis de oro y dos de bronce, añadió: «Ese año ya tuve una depresión estacional. Después, en 2014, tuve la segunda depresión. No quería estar vivo. No comía, no bebía, me fui a un centro de recuperación. Estaba luchando por mi vida más de lo que la gente podía imaginar. En esos momentos, cuando estaba mal, me daba golpes porque pensaba ‘no estoy haciendo mi trabajo’».
Michael Phelps se puso entonces en manos de profesionales. «Le mandé un mensaje a mi madre antes de entrar, le dije que estaba asustado y que no sabía qué hacer. No obtuve respuesta. Entré en el centro y casi no hablaba con nadie. Me costó varios días. Al tercero ya empecé a relacionarme más», continuó.
Afortunadamente ahora puede hablar de todo ello. «Estoy cómodo, pero sé que hay mucha gente que tiene problemas de salud mental. Una de cada cuatro personas tiene un problema de salud mental y no lo hablan. Si todos habláramos es algo que se normalizaría. Eso sí, con la pandemia todo este asunto ha evolucionado. Si alguien se siente solo, como ocurrió en la pandemia, es bueno que comparta sus emociones. Compartiendo lo que nos pasa y nuestros sentimientos nos podemos ayudar mucho. Nada es perfecto en la vida, pero sirve que nos abramos», constató Michael Phelps.
«Tenemos que cuidarnos. Quizá salir un rato a pasear, echarse una siestecita del burro de 10 minutos… Hay gente que está fuera de control y el autocuidado es algo que a veces se obvia. Tómate 10 ó 30 minutos al día para ti, vete al gimnasio… Date algo de tiempo para dar tu mejor versión», aconsejó.
Michael Phelps también quiso dar un consejo a los deportistas retirados: «Deben buscar algo que les apasione. Para mí fue complicado encontrarlo. Me mordía las uñas, no sabía qué hacer. A veces la salud mental te juega una mala pasada. Tienes que hablar con otra gente y realizar tus estrategias. Es importante encontrar algo que te ilusione».
La primera retirada de Michael Phelps
El nadador no estuvo a la altura en Londres 2012, cuando decidió retirarse por primera vez. Sin embargo esta decepción supuso a la larga un impulso para él. «Cuando en 2012 no conseguí el objetivo tuve la peor sensación posible. Perdí mi oportunidad. Pero quizá si hubiera ganado en Londres no hubiera nadado en Río. Usé ese resultado como una motivación para ganar más medallas. Tras mi primera retirada estuve año y medio sin competir, pero luego cuando regresé, a los 31 años, estaba con más hambre que nunca. En 2016 me sentía como un chaval de 15 años. Pude prepararme de forma genial para el final de mi carrera. Tras mi primera retirada odiaba el deporte y tras la segunda hice lo que quería, que es retirarse como uno quiere».
Por último, sobre cómo quiere ser recordado, dijo: «En el mundo del deporte hay mucha gente que dudaba de todo, de mis objetivos. Pero en realidad era algo que era viable. La gente pensaba que ganar una medalla de oro era imposible y yo gane 28. Quiero enseñar a los chavales que no importa lo que persigas, que siempre es viable conseguirlo. No podemos volar, pero si hacer cualquier otra cosa. No temamos perseguir nuestros objetivos o metas».
«Creo que voy a ser recordado más por mi postcarrera que por las medallas, que son increíbles pero que no son lo que yo soy. Quiero ayudar a las personas que lo están pasando mal. Quiero salvar vidas. Yo también pensé en suicidarme y quiero ayudar a esta gente. Hay luz al final del túnel. Hablar de estos temas me ha salvado la vida. Me encantan estos temas. Quiero hacer todo lo que pueda para ayudar a la gente que lo está pasando mal. Quiero recordar a la gente que no están solos», concluyó Michael Phelps.