La monumental crisis de audiencia que se ganó de manera más que justa Telecinco se llevó por delante tanto a la directiva como a numerosos programas y colaboradores. Aunque el cansancio de los espectadores viene de lejos por culpa de Sálvame y los desprecios de Jorge Javier Vázquez a parte de su audiencia, lo cierto es que el verdadero terremoto lo produjo la ‘docuserie’ de Rocío Carrasco y todo lo que conllevó inmediatamente después, como el despido ilegal de Antonio David. El primer episodio fue un éxito de audiencia y repercusión, pero luego todo se fue por el precipicio del sentido común.
Las malas decisiones de Telecinco lastraron el share en todas las franjas del día y la noche, salvo en las mañanas de Ana Rosa Quintana. Antena 3 arrasaba sin demasiada dificultad y más por deméritos de la que fuera líder. Y es que la cadena fuerte de Mediaset no daba una con la elección de serie y programas, cancelando uno tras otro. El hecho es que se ha decidido dar un cambio drástico… y no sólo por mandar a Ana Rosa a las tardes en busca de dar guerra a Sonsoles Ónega. Algún directivo sintió cierta nostalgia de cuando dominaban la TV y ha decidido volver a contar con ‘Crónicas Marcianas’. Javier Sardá no es, ni mucho menos, lo que era… pero todavía puede atraer audiencia nueva. O eso es lo que creen los que mandan.
Crónicas Marcianas, éxito de otra época
Hay que remontarse a la década de 1990, cuando la televisión española experimentó una revolución con la llegada de ‘Crónicas Marcianas’. Este programa, creado y conducido por el carismático Javier Sardá, se convirtió en un fenómeno cultural que dejó una marca imborrable en la historia del entretenimiento televisivo en España.
El programa se emitía en el late night de Telecinco y se caracterizaba por su formato innovador y desenfadado. El programa combinaba entrevistas, debates, música en vivo y humor, creando un cóctel ecléctico que cautivaba a la audiencia. El nombre del programa hacía referencia a la sensación de estar en un lugar lejano y desconocido, como si los protagonistas fueran marcianos observando la Tierra.
El espacio se ganó la reputación de ser un foro abierto donde se discutían temas de actualidad con irreverencia y sin filtros. Sardá, conocido por su aguda lengua y su habilidad para abordar temas espinosos, conseguía que los invitados se sintieran cómodos y revelaran aspectos desconocidos de sus vidas. La espontaneidad y la falta de formalidad eran las señas de identidad del programa, que se convirtió en un escaparate para personajes variopintos y artistas de renombre. El programa, que se emitió desde 1997 hasta 2005, marcó una era en la televisión española y dejó huella en la memoria colectiva de varias generaciones. La despedida de ‘Crónicas Marcianas’ en 2005 fue un evento televisivo que evidenció la importancia y el legado del programa en la cultura popular española, claro que la audiencia le había dado la espalda. Habrá que ver si Telecinco acierta con el plan remember… al que seguro que no acude Coto Matamoros. Por lo que sea.