La primera parte del debate de investidura no ha contado con más de 1.000 personas protestando en los alrededores del Congreso de los Diputados, 500 según la Delegación del Gobierno, pese a la intensidad de los llamamientos realizados por distintas plataformas y activistas de la ultraderecha durante estos días. No obstante, la consigna «que se queden a dormir» que repiten esos convocantes reafirma la previsión de que la movilización puede crecer en intensidad a lo largo de la tarde y la noche de este miércoles.
Mientras Pedro Sánchez, entre sus abundantes referencias a la ultraderecha en el hemiciclo, aludía a ese sector comentando su «eficacia extendiendo el odio», la concentración se ha ido apelmazando con los gritos habituales contra el candidato, el rey Felipe y la prensa en la carrera de San Jerónimo y la plaza de Neptuno de Madrid, los dos extremos del cordón policial organizado por Interior.
Hay un imponente despliegue policial para blindar el Congreso, sin que de momento hayan tenido los antidisturbios que cambiar sus gorras por los cascos. Por la mañana, y tras la entrada de los diputados de EH Bildu y del PNV por el patio central (desde un edificio anejo al que habían llegado, como los independentistas catalanes, a primerísima hora para evitar altercados) la gente congregada en el exterior aclamaba a Santiago Abascal, líder de Vox, que hacía su entrada acompañado de todos los diputados y diputadas de su grupo.
Y ese ha sido hasta ahora el momento de la movilización que sobresale sobre el contínuo de gritos e increpaciones que ya vienen repitiendo en lo que ya son 13 días de protesta.
Despliegue
Un total de 32 furgones de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional participan en la custodia del Congreso, 22 de ellos en el interior de la zona de seguridad acordonada en la calle. Hay también otros dos de guías caninos, y un número no comunicado de agentes de las brigadas de Información y de especialistas en explosivos.
Todas las alcantarillas y espacios subterráneos de las inmediaciones han sido examinados y precintados. El despliegue, sin embargo, no impide la presencia de los turistas alojados en los hoteles de los alrededores.
El blindaje del Congreso absorbe buena parte del despliegue de 1.600 agentes dispuesto por Interior para estas jornadas de la investidura. La vigilancia en la calle se extiende hasta seis manzanas más allá del Palacio del Congreso, con la participación también de patrullas de la Policía Municipal de Madrid con vehículos y una reserva de vallas metálicas dispuestaen diversas esquinas.
Los antidisturbios han hecho aún más fuerte la muralla de vallas metálicas que interponen entre la carrera de San Jerónimo y los manifestantes. A la habitual conformación de barreras en triángulo que se ha visto en los escraches de estas noches contra la sede del PSOE de la calle Ferraz -esta vez atadas entre sí no con bridas de plástico sino con cadenas y candados- han añadido los agentes una doble verja de acero de dos metros de altura.
Atentados y desobediencia
Hasta el momento, el balance policial hasta este 13º día de protestas contra la amnistía y la investidura de Sánchez anota 48 detenciones.
El viernes 3 fue detenido el primer activista, por saltarse el cordón policial. El lunes 6, la Policía detuvo a dos hombres a los que atribuye delitos de desobediencia y atentado y a una mujer, a la que acusa de desobediencia grave.
En la noche más violenta, la del martes 7, fueron detenidos cinco hombres y una mujer, por desórdenes públicos, atentado contra agente de la autoridad, resistencia y desobediencia. Esa noche hubo 39 heridos, de los que 29 fueron policías.
El jueves 9, en otra noche de carga policial, el número de detenidos ascendió a 24 por los mismos delitos; hubo además siete policías heridos, ninguno de gravedad. El viernes pasado se produjo una detención por desórdenes. En la noche del sábado se practicaron 13 detenciones, de las que cinco lo fueron de menores de edad. Todos fueron acusados de desórdenes, y uno de ellos de atentado contra la autoridad.
La tensión en la calle no disminuye pese a este tímido arranque. Los convocantes de las protestas, la mayoría de ellos organizaciones como Revuelta o Solidaridad, de la estructura de Vox, han hecho llamamientos para intensificarlas este jueves. La plataforma ultra Hazte Oír ha hecho un llamamiento en redes sociales a camioneros, taxistas, tractoristas y conductores de autobús: «Os necesitamos este jueves para bloquear Madrid».
Noviembre Nacional, la marca que trata de aglutinar la protesta de la ultraderecha, repica en redes sociales un anuncio de Revuelta, las juventudes de Vox, a concentrarse en la calle Ferraz una vez más a las 20 horas, así como en Barcelona, Tarragona, Lleida y otras diez ciudades españolas.