Sigue la alerta en Islandia ante los signos que anuncian una inminente erupción volcánica, los cuales han obligado a evacuar la localidad costera de Grindavík, en el suroeste del país. Una simple pisada provoca la fractura del suelo y deja a la luz un río de magma subterráneo. Los continuos temblores de tierra han abierto grietas y socavones. Los habitantes de las poblaciones cercanas soportan como pueden estos terremotos que suelen anteceder al afloramiento de un volcán.