«El cónsul nos avisó que querían que participásemos en el reconocimiento a los equipos españoles», según ha relatado el zamorano Javier Bodego, quien se unió al equipo de Vitoria para embarcarse en esta misión humanitaria, cuyo principal objetivo era «intentar sacar a alguien con vida», explica sobre una catástrofe que se cobró la vida de más de 48.000 personas, según datos de la embajada turca en España.
El equipo de ocho bomberos profesionales de Acción Norte que viajó hasta Turquía procedían principalmente de la sede de Vitoria, donde Bodego, único zamorano en la misión, explica reciben «mayor apoyo institucional» por parte tanto del Ayuntamiento vasco, desde donde se apoya «todos los proyectos y salidas» como del servicio de bomberos de Vitoria, desde donde ayudan con la cesión «de material», explica el zamorano sobre como las instituciones norteñas «hacen más fácil poder salir a cualquier intervención».
El reto de llegar
Y es que salir a ayudar cuando otros lo necesitan es la misión de esta oenegé dedicada a la ayuda humanitaria y a emergencias internacionales, como en el caso de Turquía, donde Bodego llegó pasadas las 50 horas tras el terremoto: «El objetivo es llegar antes de que pasen 24 horas al país, después el indice de supervivencia baja muchísimo». En su caso, intentaron buscar gente desde que pusieron un pie en el aeropuerto militar, donde además de su retraso, encontraron un país «sin un puesto de mando avanzado», en el que se trabajaba sin puntos claros de búsqueda, y donde las voces del día anterior se habían apagado ya.
«Nos encontramos con situaciones muy complicadas, edificios de doscientas personas se habían convertido en cementerios», continúa el bombero sobre una situación excepcional debido tanto a la magnitud del seísmo como a «unas construcciones muy precarias». A pesar del trabajo, los españoles encontraron a «muy pocas personas», en el que ha sido un desastre marcado por el bajo índice de supervivencia.
Un futuro por delante
«La embajadora ha dicho que se van a adaptar muy seriamente a las situaciones geológicas», ha transmitido Bodego sobre el futuro de Turquía, a donde esperan regresar, pero esta vez, con proyectos bajo el brazo en vez de cascos.
Una biblioteca es la primera de las ilusiones de los bomberos, que quieren promover la enseñanza del español en uno de los liceos de Estambul. También regresarán para formar a los bomberos turcos en labores de rescate.
Como respuesta, la cámara de comercio hispano-turca ha abierto la puerta a colaborar no solo con Acción Norte, sino con empresas zamoranas que quieran trabajar en la reconstrucción de Turquía, la puerta de entrada a un nuevo mercado auspiciada por esta institución.