¿Trasvase o desaladora? Con esta sugerente e interesante pregunta, que genera por sí sola un debate, la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha reunido a expertos en la materia para abordar el asunto fuera de lo politizado que está. Los ingenieros abogan por el uso de los tres principales recursos, que son complementarios, el trasvase, las desaladoras y la reutilización del agua, ya que los pozos están sobreexplotados y contaminados, en muchos casos.

Sin embargo, tal y como se expuso en el encuentro, los trasvases, temen, van a ir aportando cada vez menos agua, por la subida de los caudales ecológicos, como en el Tajo-Segura, y «no va a haber más en este país», como señaló, contundente, el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Andrés Martínez, de la Mancomunidad de Canales del Taibilla. Para la ingeniera agrónoma y profesora de la EPSO María Jesús Navarro el principal handicap que tienen las infraestructuras para trasvasar agua «es que tenemos un sistema de comunidades autónomas que hace que los trasvases sean fácilmente politizables, y eso es un gran problema», lamentó.

La jornada reunió a estudiantes y profesionales en la EPSO de la UMH en Orihuela. Tony Sevilla


Martínez añadió, contundente, que «tengo la sensación de que aquí nos hemos pasado implorando por los trasvases y veo muy difícil que se puedan hacer trasvases». El futuro hídrico, según los expertos reunidos en la UMH, pasa por la desalación, máxime cuando en 2027 en el Tajo-Segura se elevará aún más el caudal ecológico, lo que prevén pueda ser la puntilla que acabe con este aporte de agua en el Levante. 

Alternativa

Sin embargo, en la Vega Baja, ante la alternativa que es la desalación, la desaladora de Torrevieja, con sus 80 hectómetros cúbicos, que la mayor parte va para los regantes del Campo de Cartagena, no podrá abastecer toda la demanda de los agricultores de la comarca. Además de que, como se reseñó, el precio sigue siendo caro.

Vista aérea de la planta desalinizadora de Torrevieja que produce siete veces menos de la privada que se construirá en Cartagena. TONY SEVILLA


Una buena alternativa será la de las desalinizadoras privadas. Sin embargo, estas solo pueden abastecer a la comunidad autónoma en la que se ubiquen, puesto que la Ley de Aguas, de 1985, no contempló que las cuencas pueden abarcar varias regiones, como la del Segura, que gestiona el agua de cuatro provincias de cuatro comunidades distintas (Alicante, Murcia, Albacete y Almería).

El ingeniero de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Andrés Martínez. Tony Sevilla


Por ello, los expertos reunidos en el seminario de la EPSO, al que asistió alumnado de Ingeniería Agroalimentaria y Agroambiental, así como profesionales de la agronomía, abogaron por un cambio de la ley. «Es una ley muy antigua, desfasada, y deja colgados a territorios como la Vega Baja de importantes proyectos», señala el empresario y director ejecutivo de la empresa Vols Partner, José David Moreno. Se refiere, en concreto, al proyecto que promueve en la vecina Región de Murcia, como promotor de la desaladora más grande del mundo, «La Campana», que se construirá en Escombreras, en Cartagena. 

Un momento de la jornada en la EPSO en la que exponía el ingeniero Andrés Martínez. Tony Sevilla


Proyecto millonario del que no se podrá aprovechar la Vega Baja

La Vega Baja no podrá aprovecharse de esta macroinstalación al ubicarse en otra comunidad autónoma, pese a que las desaladoras públicas sí abastecen a varios territorios, como sucede con la de Torrevieja. «La Vega Baja tendrá un problema hídrico importante en el futuro que la Región de Murcia no tendrá», vaticina Moreno. 

Los números de la macrodesaladora marean. Con una inversión global de 21.000 millones de euros será capaz de producir 1.500 hectómetros cúbicos. Eso sí, la infraestructura se desarrollará en tres fases, con una inversión de 6.800 millones de euros para cada una.

La primera permitirá contar con una instalación en 2027 o 2028 que producirá 600 hectómetros cúbicos, siete veces más que la desaladora torrevejense y el doble del agua trasvasada desde el Tajo.

El valle de Escombreras (Cartagena), donde se proyecta la macrodesaladora. Ivan Urquizar


El proyecto está actualmente en la fase de evaluación ambiental por el Ministerio y contempla la instalación de un nuevo embalse en Jumilla. «Desde ese embalse se podría redotar perfectamente a toda la zona que cubre ahora el trasvase Tajo-Segura, como la Vega Baja, pero habría que cambiar la ley o la interpretación que hace el Ministerio de la Ley de Aguas y que impide que ese proyecto pueda abastecer fuera de la Región de Murcia», indicó Andrés Martínez, quien considera que la desalación debe hacerse de la manera más sostenible, limitando el boro, y económica. 

Menos coste energético

En este sentido, esa macrodesaladora, en la que está detrás un holding de inversores privados, apuesta por utilizar las infraestructuras ya desarrolladas para abastecerse energéticamente y ahorrarse los 2.700 millones que cuesta instalar una planta fotovoltaica para abastecerla. Así sería posible reducir el coste del agua desalada a los agricultores.

El promotor de la mayor desaladora privada del mundo, José David Moreno. Tony Sevilla


Si no se le autoriza, adelanta su promotor, construirá esa enorme planta solar en Caravaca de la Cruz que tendrá excedentes de energía que se venderán para cubrir el coste energético de día y comprar la electricidad de la noche. «Esto permitiría tener un precio fijo del agua para la agricultura a 30 años vista», explicó.

«El consumo energético ha ido mejorando mucho, el proceso de desalación del agua del mar está en un ratio de desalación de consumo por debajo de 3 kilovatios por hora el metro cúbico«, explicó el ingeniero Andrés Martínez.

En cuanto a la salmuera, el proyecto contempla crear subproductos con ella para evitar echar al mar la mayor cantidad posible. Así, con ella se podrán hacer cosméticos, ladrillos para construcción, sal para consumo o contra la nieve en carreteras y también para mejorar la salinidad del Mar Menor.

Alumnos, atentos, a las explicaciones de la profesora María Jesús Navarro. Tony Sevilla


«La Comunidad Valenciana debe pelear ese cambio de la ley para que la planta abastezca a Alicante», añadió Moreno. De lo contrario, asegura, «se daría la paradoja de que la Región de Murcia tendría agua y la provincia de Alicante, no». Lo que tienen claro los expertos es que «si el sureste necesita agua, no vendrá del trasvase».

Y censuran que se hable de mala calidad cuando algunos se refieren al agua desalada. «Es una manipulación política sin datos reales, es la que se bebe en la provincia de Alicante desde 2003 y riega muchos campos, cumple todos los criterios de potabilidad, y si para determinados cultivos requiere una exigencia de calidad determinada, como en el boro, lo que hay que hacer es que esa agua desalada cumpla esas limitaciones para el boro», zanja Martínez.