El Nou Mestalla sigue y seguirá acaparando gran parte de la actualidad del Valencia CF. Este lunes, en el día en el que se presentaron las cuentas anuales del ejercicio 2022/23, el estadio en ruinas de la Avenida de las Cortes Valencianas aparecía como un punto clave para el bienestar financiero del club en los próximos años. Cabe recordar que, tras la negativa del Ayuntamiento a firmar el nuevo convenio hasta que se reanuden las obras, los últimos movimientos del Valencia fueron dirigidos a recibir la licencia de obra definitiva antes de que concluyera el año 2023. En el informe de cuentas publicado, la entidad se marca ese plazo para tenerlo todo solucionado.

Desde la caducidad de la ATE, el Valencia ha tratado, por vía administrativa y contencioso-administrativa, recurrir a esa sentencia. En mayo de este mismo año se iniciaron los trámites para poner en marcha las nuevas fichas urbanísticas que deben regular las condiciones de la obra del nuevo estadio. El club especifica, sin embargo, que para regular algunos de estos condicionantes se debe cerrar el convenio con el Ayuntamiento, ahora en manos del Partido Popular de María José Catalá. «El convenio está avanzando y se espera que esté firmado antes de finalizar el presente 2023», explica el Valencia probablemente antes de conocer que el Ayuntamiento paralizaba el convenio hasta que se produjeran avances reales con la reanudación de las obras.  

Coste de retomar las obras

Así, el informe de las cuentas es una medida de presión más para transmitir la intención de reanudar las obras lo antes posible y finalizarlas en los próximos ejercicios. Todo en base a un proceso que, según prevé el club, todavía costará alrededor de 170 millones de euros, de los cuales 80 serán del fondo de inversión CVC, que actuarán como financiación externa. Otro punto a tener en cuenta es la devaluación del terreno del nuevo estadio. Y es que tras varios de los últimos años solicitando informes para estar al tanto del valor del activo, la entidad también especifica un deterioro total, a 30 de junio del año 2023, de 25,8 millones de euros respecto al ejercicio de 2014.

En cualquier caso, con CVC hay que tener en cuenta que cada año que pasa sin que el Valencia concluya el estadio es peor para los intereses del club. La explicación está en que el Plan Impulso de LaLiga, en el dinero préstamo que le concede a cada club, incluye la condición de que cada curso rebaja los ingresos por derechos audiovisuales. Es decir, la ayuda CVC no es a cambio de nada y eso ha influido a que Meriton tenga más prisa por terminar este negro capítulo de la historia del club. Además, independientemente del préstamo CVC, el Valencia tiene la intención de financiar varios millones más para llegar a los 170 necesarios para construir el estadio. En su momento, Inma Ibáñez, directora financiera del club, habló de «préstamos puente a Caixabank y Rights & Media Funding Limited». Otras fuentes pueden llegar de la zona comercial del Nou Mestalla y otros activos inmobiliarios. 

2/3 años más al límite

La cara negativa es que, si el club quiere ahora cumplir los plazos que no ha cumplido desde que aterrizó en la ciudad, no tiene más remedio que apretarse el cinturón en el apartado de los gastos. Aunque será con el objetivo de un futuro más tranquilo y holgado económicamente. También hay que tener en cuenta que Lim hizo un préstamo de 35 millones de euros la pasada temporada, de los cuales hay que devolver el 70 por ciento entre el 15 de diciembre del próximo año y diciembre de 2028. El 30 por ciento restante antes de julio de 2029. De momento no habrán más inyecciones de capital.