Sergio Massa y Javier Milei se batieron en un duelo verbal en el que no faltaron palabras punzantes y agresiones. El alto voltaje de las intervenciones de cada uno buscó ganar la preferencia de millones de indecisos a una semana de las elecciones que pueden cambiar drásticamente a la Argentina. Los dos candidatos no se sacan mucha ventaja en los sondeos. Las dos horas que estuvieron cara a cara mostraron al peronista mucho más atildado mientras que el líder de la ultraderecha mostró mayores dudas, miradas de desconcierto y ojos desorbitados . «Esto es entre tú y yo«, le dijo Massa cuando Milei trató de asociarlo con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. A su vez, lo calificó de comediante televisivo (stand up) y obligó a confirmar su estrategia de dolarizar la economía y eliminar el Banco Central. También lo acusó de tener tres denuncias de plagio en su libro.
De acuerdo con el diario Perfil, Massa «sorprendió a Milei con un interrogatorio sobre sus proyectos más polémicos». Para Clarín, una publicación fuertemente opositora, el peronista «sacó ventaja ante un Milei que no aprovechó la enorme crisis que deja el Gobierno». El influyente portal Infobae consideró que Massa logró una ventaja al interpelar a su contendiente. Pero no serán los analistas sino los electores quienes terminarán en una semana por darle la razón a uno u otro e incidirán en el resultado del domingo.
En un país con 40% de pobres y una inflación anual cercana al 140%, Milei no supo aprovechar la pesada mochila que carga Massa en su doble condición de candidato oficialista y ministro de Economía. Divagó con categorías abstractas de la economía y habló de una decadencia que lleva ya 100 años. La crisis argentina, dijo, es el resultado de «la premisa que donde hay una necesidad hay un derecho» cuando, en rigor, remarcó, «todo se resuelve con mercados y precios libres». Ese programa «no le gusta a la casta política». Para el anarco capitalista «el Estado es el origen del problema y no la solución».
Massa no pareció inmutarse cuando el ultraderechista le endilgó formar parte de un «Gobierno de delincuentes». Aprovechó las piruetas retóricas de su contrincante que, para no asustar a los votantes, han archivado sus medidas políticas más drásticas. «¿La salud y la educación seguirán siendo públicas en tu Gobierno?«, «¿dolarizarás la economía, sí o no?», lo terminó arrinconando, como si se tratara de un programa televisivo de preguntas y respuestas, y no un debate entre dos aspirantes a presidentes. «La dolarización propone la tiene Zimbabue. No es la salida la apropiación del ahorro de la gente. La salida es con un acuerdo de unidad nacional. (Milei) Quiere destruir el sistema de pensiones».
Situaciones incómodas
Los aprietos no terminaron ahí para Milei que tuvo que reconocer ante las cámaras que se había equivocado al calificar de «maligno» al papa Francisco y asegurar que lo recibiría con los brazos abiertos si fuera jefe de Estado. Quizá el momento más complicado fue cuando elogió a Margaret Thatcher. Para Massa, se trató de una «ofensa a los caídos»en la guerra de las Malvinas de 1982. Thatcher ordenó el hundimiento del crucero general Belgrano fuera del área de exclusión. El ataque provocó la muerte de 323 soldados argentinos. Eso la eleva, según Massa, a la condición de «enemiga de los argentinos».
Hubo instantes de fortísima tensión. “¿Tienes prueba de algún delito que haya cometido? ¿No? Entonces, retráctate”, exigió Massa y, además, pidió hacerse en conjunto un examen psicotécnico para ver las capacidades emocionales de ambos. «Respétense», pidió uno de los moderadores. Massa recordó su condición de hijo de inmigrante italiano y el papel del Estado en la movilidad social”. Para su rival, «el altruismo es la justificación de los delincuentes». Milei no pudo con su genio ideológico. Argentina, dijo, tiene una «democracia fallida: la tiranía de las mayorías«, y una casta política «ladrona, parasitaria e inútil».
«Tus propuestas dañarán a la gente» replicó el peronista, y reivindicó el juicio a los excomandantes de la dictadura militar (1976-83) y otros represores. «Son parte del patrimonio argentino». La ultraderecha, señalan medios de prensa, sería favorable a indultar a los uniformados que cumplen condenas. Varios exrepresores salieron a respaldar la candidatura del ultraderechista. Su vicepresidenta, Victoria Villarruel, es una ardiente defensora del pasado régimen militar. En las vísperas del debate, el capitán retirado Iván Volante, amigo de Villarruel, lanzó en las redes sociales un video que muestrea a un Ford Falcon verde, utilizado para los secuestros y desapariciones, augurando su nueva puesta en funcionamiento. El Ejército repudió la imagen y el mensaje porque «menoscaba gravemente la imagen institucional». Volante, informó, será sancionado.
Denuncias de fraude
El debate se llevó a cabo en la imponente sede de la Facultad de Derecho de la ciudad de Buenos Aires. «Defendamos la universidad pública. Dile NO a Milei. Dile NO a la privatización de la Universidad”, rezaba un enorme cartel a la entrada del edificio.
Durante las discusiones, el anarco capitalista reivindicó su alianza política con el expresidente de derechas, Mauricio Macri. «Nos ayudará a que no nos roben la elección«. Desde hace días, La Libertad Avanza (LLA) sugiere la posibilidad de un fraude en los comicios del próximo domingo. La Justicia Electoral informó que LLA ha entregado una cantidad insuficiente de papeletas para participar de la elección en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país, y la intimó a que solucione el faltante para el balotaje. Una situación similar se ha detectado en la capital argentina.
La campaña entra en su recta final con niveles de incertidumbre que se develarán con el correr de las horas. Massa necesita sumar al menos 3,3 millones de votantes para ganar. La apuesta es que la provincia de Bueno Aires, donde obtuvo 42%, suba hasta 55%. Para alcanzar esa proeza debe incorporar 1,3 millones solo en ese enorme y determinante distrito. Milei, en tanto, quiere garantizarse las preferencias en las provincias de Córdoba y Mendoza que pueden acercarlo a la victoria.
Impacto regional
Así como días atrás el arco de expresidente progresistas latinoamericanos y el exjefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, salieron a respaldar a Massa, en la antesala del debate hicieron lo propio los exmandatarios regionales conservadores, con la firma de Mariano Rajoy y la entusiasta adhesión del escritor Mario Vargas Llosa. El ultraderechista, señalaron a través de un comunicado, es «un candidato nuevo en política, con quien sin duda tenemos muchas diferencias, pero que cree en las ideas de la libertad.