Un gusano ha vuelto a la vida después de permanecer congelado en el permafrost siberiano durante nada menos que 46.000 años. Los diminutos animales, conocidos como nematodos, ‘resucitaron’ tras un prolongado letargo que comenzó a finales del Pleistoceno, hace entre 45.839 y 47.769 años, según han demostrado los análisis por radiocarbono.

Pero, además, estos seres microscópicos han resultado pertenecer a una especie hasta ahora desconocida para la ciencia, denominada Panagrolaimus kolymaensis.

Los nematodos, también llamados lombrices intestinales, son uno de los pocos organismos capaces de sobrevivir en ambientes tan extremos durante períodos de tiempo prolongados. Para hacerlo, entran en un estado similar al limbo llamado criptobiosis, en el que todos los procesos metabólicos del animal se detienen hasta que mejoran las condiciones ambientales. En 2018, los nematodos resucitaron después de más de 40.000 años sumidos en un estado de criptobiosis.

Características del nematodo Plos Genetics


Otros organismos capaces de tal hazaña son también los tardígrados y rotíferos. Y en un caso especialmente sorprendente de este fenómeno, se encontró previamente una espora bacteriana conservada en ámbar durante entre 25 y 40 millones de años.

En el nuevo estudio, publicado en Plos Genetics, los científicos explican que recuperaron a P. kolymaensis a 40 metros de profundidad en el permafrost (suelo helado) de las orillas del río Kolyma, en el noreste de Siberia. El terreno helado de esta zona resultó albergar una serie de tesoros tan antiguos como inesperados, desde ADN arcaico y virus hasta un oso entero.

El análisis efectuado mediante radiocarbono del material vegetal contenido en las muestras de permafrost las situó a finales del Pleistoceno, y los análisis genómicos de los nematodos hallados los identificaron como una especie no descrita.

El permafrost es suelo helado de las regiones septentrionales Agencias


Los investigadores cultivaron los gusanos durante más de 100 generaciones y compararon su genoma con el de uno de sus parientes actuales, Caenorhabditis elegans, identificando genes comunes implicados en la criptobiosis.

Los expertos esperan que esta investigación conduzca a una mejor comprensión de los mecanismos que permiten permanecer en este misterioso estado, lo que eventualmente podría desvelar nuevos métodos para el almacenamiento a largo plazo de células y tejidos. También tratan de saber si existe un límite máximo de tiempo en que los nematodos pueden permanecer en un estado criptobiótico.

«Estos hallazgos tienen implicaciones para nuestra comprensión de los procesos evolutivos, ya que los tiempos de generación pueden extenderse desde días hasta milenios, y la supervivencia a largo plazo de individuos de especies puede conducir a la recuperación de linajes que de otro modo estarían extintos«, concluyen los autores.

Estudio de referencia: https://journals.plos.org/plosgenetics/article?id=10.1371/journal.pgen.1010798

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