Dicen que el reparto fue el primer factor que les empujó a participar en ‘Noche de chicas’, la serie de Disney+ sobre unas amigas que se toman la justicia por su mano ante los miembros de una manada, y se comprende. Porque en él figuran María León (Sevilla, 1984), protagonista de ‘El hijo zurdo’ y ‘Allí abajo’; Leticia Dolera (Barcelona, 1981), actriz, directora y creadora de ‘Vida perfecta’; Silvia Alonso (Salamanca, 1989), que ha intervenido entre otras series en ‘Amar es para siempre’ e Instinto’; además de Paula Usero (‘Amar es para siempre’, ‘#Luimelia) y la mexicana Aislinn Derbez, a quien vimos en ‘La casa de las flores’. Hablamos con las tres primeras sobre el debate ético y moral que se plantea en la serie.
Son ustedes unas mujeres cañeras, pero ¿no les asustó una historia tan fuerte? ¿Qué les animó a aceptar el papel?
María León (M. L.): Sobre todo el reparto. Cuando estas mujeres tan cañeras — me ha encantado esa definición– nos enteramos de quién iban a estar dentro de este proyecto, eso fue lo primero que nos animó a lanzarnos a esta aventura.
Leticia Dolera (L. D.): Y luego está el añadido del viaje de las protagonistas, que se enfrentan a un debate moral y ético que las interpela y las atraviesa, que es hasta qué punto puedes o no tomarte la justicia por tu mano y cómo eso te puede convertir en víctima. O sea, puedes empezar siendo una víctima y pasar a ser verdugo y acabar por ser verdugo siendo víctima de ti misma.
Porque de eso va ‘Noche de chicas’, no solo una historia de sororidad, también de tomarse la justicia por su mano. ¿Justifican o defienden, al menos, lo que hacen?
L. D.: Es que no es que lo mediten y tengan un plan, es que de repente se ven envueltas en esta situación que se les va de las manos. Y no son, como dice Silvia, las típicas heroínas vengativas, sino mujeres normales, como puede ser tu vecina, tu prima.., que se ven en esta situación e intentan sobrevivir y ayudar a una amiga, que es quien las ha metido en ella. No obstante, la serie recoge la frustración y la ira y el dolor de muchas mujeres a las que el sistema no ha sabido proteger.
Lola, María, un poco planeado si lo tenía, porque secuestra a esos miembros de la manada. Aunque no sabía hasta dónde llegaría la cosa.
M. L.: Exacto. Lola tiene una ira guardada, un dolor y un miedo que lo transforma en lo que se transforma el miedo: en el diablo. Esa ira que ella permite desarrollar, porque siente tanto dolor y tan poco arropo y protección, hace que se tome la justicia por su mano. Necesita sacar el dolor y pasar de ser una víctima a un verdugo.
«(Las amigas de Lola) empatizan con ella y, sabiendo que están haciendo algo que no es propio, deciden acompañarla»
Su personaje, Silvia, es guardia civil, por lo que en ese proceso que le toca vivir se produce la lucha entre la mujer y la agente.
Silvia Alonso (S. A.): Sí, sí, claro. Pero ella acaba de salir escalada de una situación que tiene algo que ver con eso… No quiero hacer ‘spoilers’. Está muy desencantada con la justicia y no tiene tan claro que el sistema pueda llegar a solucionar una situación de este tipo. Entonces, llegado este momento, se plantea tomar otro tipo de decisión distinta a la que hubiese tomado a lo mejor un año antes.
M. L.: Porque estas mujeres se unen también con un motor que es el empatizar y no juzgar a la víctima. Empatizan con ella y, sabiendo como saben que están haciendo algo que no es realmente propio, deciden acompañarla.
L. D.: De hecho, yo creo que el personaje de María lo que quiere es solo darles un susto.
M.L. Sí, y se les va de las manos.
«Está muy desencantada con la justicia y no tiene tan claro que el sistema pueda llegar a solucionar una situación de este tipo»
El espectador pueden llegar a comprenderlas. Porque todas, excepto su personaje, Leticia, arrastran un trauma que les empuja a esa situación. Todas quieren ayudar a Lola, pero, a la vez, sacan sus demonios.
L. D.: Pero es que, además, este es un tema que nos atraviesa a todas las mujeres, porque todas hemos tenido miedo al volver a casa. A todas nos han dicho: “Manda un mensaje cuando llegues”. En cambio, a nuestros compañeros hombres, no. Ni han tenido miedo de la agresión sexual prácticamente nunca. No me atrevería a decir nunca, porque puede haber casos. Conozco a hombres que han sufrido agresiones, pero en la infancia, no tanto en la vida adulta, aunque las hay. El caso es que el problema estructural es la violencia sexual contra nosotras. Y claro que es algo que les atraviesa a todas, porque no nos toca a todas.
En la serie se habla de las manadas, pero también del no consentimiento, de la violencia machista… Un gran abanico de lo que le puede pasar a la mujer ahora.
M. L.: Ahora y siempre.
Sí, claro, pero ahora se ve más, ¿no lo cree, María?
L. D.: Ahora se habla de ello.
M. L.: Sí. Ahora se habla de ello.
¿Y es importante que lo haga una ficción?
M. L.: Sí, es importante que cada vez podamos tener una voz más alta y representar algo que por lo que sea, no se suele representar. No se suele dar un espacio para poderlo ver tranquilamente sin que haya un rechazo. Tenemos que ir poniendo voz a la realidad. Y esto es una realidad, tremenda, pero una realidad.
L. D.: Ahora a raíz del caso Jenny Hermoso y Rubiales, y lo que se ha destapado sobre el machismo constitucional y normalizado en la Federación Española de Fútbol ha salido el hashtag #Se acabó, que creó la periodista Cristina Fallarás. Y si entras a leer los testimonios, se te hiela la sangre. Es abrumador. Y es que todas tenemos historias.
«Este es un tema que nos atraviesa a todas las mujeres, porque todas hemos tenido miedo al volver a casa»
¿Qué es lo que más les gusta de la forma en que sus personajes reaccionan? ¿Empatizan con ellas y lo harían así?
M. L.: No sé si empatizaría con ella, pero lo que más me gusta es la sororidad que tienen entre ellas. La unidad en este caso las hace grandes y el valor de protegerse, de escucharse, lo tenemos que tener la humanidad en general; entre ellas y ellos. Tenemos que unirnos, escucharnos más. Puedes tener el oído abierto ante la víctima y no tener tanto miedo a huir de donde está la problemática. Eso me gusta mucho de todos los personajes que, aun no estando de acuerdo con lo que pasa, en ningún momento se van y le dan la espalda a Lola. Siempre se quedan escuchándola.
Y que la guardia civil se rebele para hacer lo siente es importante, ¿cierto, Silvia?
S. A.: Es muy importante. A mí también me vendría bien, la verdad, porque yo tiendo mucho a hacer lo que se espera de mí. Y estoy en un proceso de dejar de hacerlo.
M. L.: Muy bien.
S.A.: Entonces, sí podría decir que me gusta este personaje.
¿Y usted, Leticia?
L. D.: Yo es que mi personaje no acaba de decidir qué hacer. Bueno, sí: apoyar a su amiga, porque, no la puede dejar tirada, ya que si no lo va a pagar es ella. Porque la van a acabar deteniendo y acusando de un montón de cosas: las que ha hecho y las que no. Mi personaje lo que aprende es que no puede seguir haciendo de madre de su hermana. Todas estas renuncias que está haciendo en el terreno personal y profesional para apoyarla se están convirtiendo en una jaula para ambas. Aprende que tiene que dejarle volar, que su hermana, y ella misma, debe salir de ese nido que ha construido para ambas.