“Smile” (sonríe). Eso le decía Bellingham a Vinicius nada más acabar el partido de Champions ante el Braga. Buen consejo del nuevo líder del Real Madrid, el inglés de veinte años que ya es el jugador más querido en el Bernabéu. Una palabra, un simple gesto y su complicidad con Vinicius pueden hacer que el brasileño se centre en su fútbol y se olvide de los rivales, del árbitro y del público. No es un asunto baladí, desde luego. Sonreír, disfrutar y jugar con alegría en vez de enfrentarse a todo y a todos. Vinicius tiene que volver a ser ese chico feliz que se echó al equipo a la espalda cuando llegó al club. El futbolista desequilibrante, con un desborde brutal, al que sólo le faltaba gol. Trabajó duro, muy duro, para mejorar y lo consiguió. Sus cifras progresaron de forma ostensible a la vez que mantenía su innata capacidad para crear peligro y asustar a las defensas rivales. Todo ello en un equipo plagado de estrellas consagradas que coleccionaban Champions. No era fácil, pero lo consiguió.
Vinicius, lo hemos visto estos años, tiene calidad y todas las condiciones del mundo para ser el mejor. Pero tiene que intentar no distraerse y centrarse en lo importante. Que haga caso a su entrenador, a sus compañeros y a su amigo Bellingham. Que vuelva a ser feliz jugando al fútbol y no se deje influir por opiniones ajenas. El fútbol está para divertirse y no para crearse enemigos. Bellingham saluda a los rivales y al árbitro cuando acaban los partidos. Y lo hace con una sonrisa enorme que transmite seguridad y tranquilidad. Celebra sin ofender y se muestra elegante en sus comparecencias ante la prensa. En Madrid le aplauden y en Barcelona le miran con admiración y con una cierta dosis de envidia. Jude es un futbolista diferente, alegre, listo y orgulloso de jugar en el Madrid. Es, sin duda, un tipo diferente. Y todo un ejemplo al que imitar.
El Barça, en problemas. La victoria ante el Deportivo Alavés, por los pelos, no puede ocultar el momento crítico que vive el equipo. Encajar un gol a los 17 segundos es un síntoma preocupante. Y Xavi echando la culpa a la prensa del mal juego. Tela.
El Betis deja vivo al Sevilla. El gol de Rakitic no puede enmascarar la superioridad del equipo de Pellegrini en el gran derbi. El Betis, muy superior, mereció más. Crisis tremenda en el Pizjuán.
El increíble Girona de Míchel. Es la gran sorpresa de la temporada y nadie sabe hasta dónde puede llegar este grupo de jugadores. Tienen talento e ilusión y están dirigidos por un entrenador excepcional. ¿Lucharán por la Liga?
Urge una reacción en el Celta. Los arbitrajes que ha recibido esta temporada han sido vergonzosos, no hay duda. Pero pasan las jornadas y el equipo gallego sigue sin ganar y cada vez más lejos de la permanencia. Hora de cambios.