Sin sobresaltos. La militancia de Junts ha avalado, con un 86,16% de apoyos, el pacto con el PSOE que permitirá la investidura de Pedro Sánchez la próxima semana. El 13,83% restante ha votado en contra y solo un 0,01% se ha abstenido. En esta ocasión, a diferencia de hace un año con la votación para salir del Govern, todos los dirigentes de la formación -incluso el sector más unilateralista dirigido por Laura Borràs– habían mostrado su apoyo al acuerdo.
La participación, sin embargo, ha quedado bastante por debajo de la que hubo en aquel momento. Ha votado un 67% de la militancia, en contraste con el casi 80% que se pronunció en 2022. Aunque los que lo han hecho esta vez, han mostrado una posición mucho más monolítica -en relación con el 55%-42% de entonces-. La ejecutiva del partido y el consejo nacional ya ratificaron por «unanimidad» el acuerdo.
La pregunta planteada a la militancia aseguraba que Junts pediría un referéndum de autodeterminación en las futuras negociaciones con el PSOE. Concretamente, decía: «Ratificas el acuerdo firmado en Bruselas entre Junts per Catalunya y el PSOE, en el que se establecen tanto las condiciones como los mecanismos para la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado español y en el que plantearemos un referéndum de autodeterminación?».
Cambio de rasante
Con el apoyo de la militancia, Junts culmina un periodo de reflexión -interna- y de negociación -con el PSOE- que ha durado tres meses y confirma el cambio de rasante. Los posconvergentes entrarán así al equipo de socios de Pedro Sánchez, un espacio al que ERC pertenece desde hace ya cuatro años y que le ha comportado contantes críticas y desprecios por parte de Junts.
Sin embargo, Carles Puigdemont, líder indiscutible de la formación -a pesar de no tener cargo orgánico-, aseguró que lo haría de forma diferente. «El ‘a cambio de nada’ se ha ido a la papelera de la historia», aseguró el expresident tras cerrar el acuerdo.
Mesa en el extranjero y con 4 mediadores
El texto firmado el pasado jueves entre Jordi Turull, secretario de Junts, y Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE, establece que los posconvergentes se comprometen a la gobernabilidad. Pero desde el partido de Puigdemont recuerdan que el redactado incorpora una cláusula, que es se cumplan los acuerdos.
Una vez Pedro Sánchez se haya enfundado de nuevo en el vestido de presidente, Junts quiere poder lucir avances en su mesa de negociación. Una mesa que, según los posconvergentes, se citará mensualmente, estará «verificada por cuatro mediadores» y tendrá lugar en el extranjero para permitir la presencia del expresident Puigdemont.
En esta primera cita, que Junts sitúa ya este mismo mes de noviembre, Puigdemont planteará la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña -a través del artículo 92 de la Constitución-, aunque los socialistas dejan claro en el mismo pacto que ellos apuestan por completar el despliegue del Estatut de 2006.
Ciberataque durante la consulta
Al margen del acuerdo, Junts ha denunciado haber sufrido este sábado, mientras se realizaba la consulta telemática, un «ciberataque coordinado desde distintos países», aunque aseguran que no ha afectado a la votación de la militancia. El ataque, que constó de unas «70.000 agresiones planificadas», ya ha sido denunciado por el partido ante la Agència de Ciberseguretat de Catalunya.