En Palestina, los números intentan explicar una realidad nunca vista. Nombres propios reducidos a cifras. Vidas perdidas, otras alteradas para siempre que se resumen en un orden numérico que nos impide mirarlas a los ojos. Esos mismos ojos son cubiertos por una sucia tela y lanzados contra el suelo a golpes. Eso es lo que muestran algunas de las imágenes de hombres palestinos de Gaza y la Cisjordania ocupada detenidos por soldados israelíes en las últimas semanas. La violencia de estos vídeos también la recogen los números. La agresiva campaña de arrestos por parte de Israel ha duplicado el número de prisioneros palestinos en las cárceles israelíes. Entre rejas, han pasado más de 10.000 presos sin juicio ni justicia. Muchos llevan allí décadas.
Nunca ha existido la calma en los territorios palestinos sometidos a una ocupación militar por parte de Israel desde hace 56 años. En ese tiempo, cada día eran arrestadas entre 15 y 20 personas de media. Desde el 7 de octubre, esta trágica realidad también se ha visto alterada. Según funcionarios palestinos, en el último mes, la tasa de arrestos diarios en las ocupadas Cisjordania y Jerusalén Este ha aumentado a 120 personas. «Israel ha dejado muy claro que quiere enfocarse solo en la Franja de Gaza y no le interesa que se abran otros frentes; por ello, se ha dedicado a detener a todas las personas que pueden ser cabecillas de cualquier forma de resistencia o que tienen influencia en la calle por su presencia, carisma u opiniones políticas», explica Mussa’ab Bashir, exprisionero político.
Aumento de la violencia
Bashir cuenta a este diario que «aplastar a cualquier célula de resistencia es una tarea siempre urgente y más en el delicado contexto de Cisjordania con la presencia de muchísimos asentamientos» de colonos israelíes. «Es inevitable que Israel haga campañas y detenciones en Cisjordania, porque lo que está pasando en Gaza está incendiando a su población», añade. Durante el último año y medio, el Ejército israelí emprendía operaciones de arrestos masivos de forma casi diaria. Irrumpía en los hogares palestinos de madrugada y se llevaba a muchos de sus habitantes, principalmente hombres jóvenes, a sus cárceles. Este mes, estas detenciones han aumentado con muchísima más violencia.
«No sólo ha habido un aumento en el número de detenidos, sino también en el nivel de delitos cometidos contra los detenidos y sus familias, como los golpes, la destrucción de sus casas, las amenazas de asesinato o violación», denuncia Amani Srahneh, del Club de Prisioneros Palestinos. Esta organización palestina ha registrado al menos 2.300 casos de detenidos por el Ejército en Cisjordania y Jerusalén desde el 7 de octubre. «Hemos visto muchos casos en que usan a miembros de sus familiares para obligar a los detenidos a entregarse», apunta Srahneh a El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica. La gran mayoría de los arrestados han sido detenidos sin cargos ni juicio bajo el régimen de la «detención administrativa« aplicado por Israel que les permite mantenerlos entre rejas así de forma indefinida.
Además, durante las últimas semanas, el foco se ha puesto sobre los 18.000 trabajadores de Gaza con permiso para entrar a Israel a los que se les retiró el visado cuando empezó la ofensiva de Hamás y se encontraban en territorio israelí. Unos 4.000 trabajadores quedaron atrapados como ilegales en Israel y fueron detenidos en bases militares, donde han denunciado torturas, graves malos tratos y terribles condiciones. Algunos de ellos han podido retornar a Gaza esta semana donde han relatado su infierno.
Dos de cada cinco hombres
Pero, antes de esta feroz guerra, ya había unos 5.200 presos palestinos, incluyendo a 33 mujeres y 170 niños. Dos de cada cinco hombres palestinos han sido arrestados y acusados en virtud de las 1.600 órdenes militares que controlan todos los aspectos de la vida de los palestinos que viven bajo la ocupación militar israelí y que, por lo tanto, son juzgados por tribunales militares. Como parte de los objetivos de su ofensiva y del secuestro de 240 israelíes, Hamás buscaba liberar a estos miles de presos palestinos en cárceles israelíes. Por ahora, en cambio, sus condiciones han empeorado.
«Después del 7 de octubre, dentro de las cárceles, ha habido un cambio fundamental en la realidad de la vida de los detenidos», explica Srahneh. «Retiraron los aparatos eléctricos que usan para cocinar, junto a las televisiones y las radios, y aplazaron las visitas de las familias», añade Bashir. De momento, el Club de Prisioneros Palestinos ha confirmado cuatro muertes de palestinos en prisión. «Hoy, la administración de las cárceles israelís practica la política del hambre«, denuncia su representante. La Autoridad Palestina (AP) ha denunciado fracturas de extremidades, cortes de agua o electricidad y bloqueo de medicinas para los presos palestinos. El propio Gobierno israelí ha reconocido que su objetivo es el hacinamiento de los reclusos y les ha retirado hasta las camas.
Medidas punitivas
La organización palestina en defensa de los presos palestinos, Addameer, ha registrado una serie de medidas punitivas como «el cierre de secciones y de la cantina, la prohibición de las visitas de abogados, el suministro de alimentos de mala calidad y en baja cantidad, el cierre de clínicas en las cárceles y la negación del traslado de los enfermos a clínicas y hospitales, junto a la prohibición de la visita del Comité Internacional de la Cruz Roja«. «No es extraño que aumente el ritmo de las redadas nocturnas y las provocaciones para castigar físicamente a los prisioneros», reconoce Bashir. «Es una cosa muy típica de los carceleros sionistas: pagar con ellos su rabia«, constata a El Periódico de Cataluña.
«El 7 de octubre no es el inicio, ya que todas estas acciones fueron aplicadas antes, pero, a partir de entonces, su presencia y su intensidad aumentaron enormemente», apunta Srahneh, a la vez que recuerda que «en las cárceles de la ocupación hay a día de hoy 7.000 presos«. Hace unos días, el Gobierno de Israel decidió deducir el dinero destinado a la Franja de Gaza y a los prisioneros palestinos de los fondos fiscales que se transferirán a la AP. Además, el pasado 13 de octubre, Israel enmendó la ley para facilitar el arresto de palestinos por mera sospecha. Sometidos a la oscuridad y el aislamiento, los presos palestinos sufren el castigo colectivo del Estado de Israel sin que sus voces puedan contar las historias de estas cifras.