Advertía en un reciente artículo Moisés Naím sobre el frecuente error de confundir democracia y estado de derecho. Es el segundo la condición indispensable para que lo primero no quede reducido a simple trampantojo. Y el politólogo Pablo Simón señalaba en otro texto que en un régimen parlamentario hay cuestiones que no pueden figurar en el programa electoral de un partido porque resultan fruto de las posteriores negociaciones para formar una mayoría de gobierno cuando ésta no sale directamente de las urnas.