Porque el buen clima de esta tierra siempre invita a la naturaleza que en Oviedo empieza en su parque central, el Campo San Francisco, y se abre desde el mismo límite del casco urbano hacia el Naranco, el monte siempre presente y visible en la ciudad, el bosque de La Zoreda y sus vestigios de la antigua fábrica de explosivos, los meandros del Nora… o la Senda Verde, sobre las antiguas vías de un ferrocarril, siempre con paseantes, patinadores y ciclistas, que te lleva hasta Las Caldas con campo de golf, balneario y un entorno ya totalmente rural.