Procedente de una familia de artistas y escritores, esta zamorana nacida en 1920 tuvo acceso a la cultura desde temprana edad, sintiendo una clara vocación por la psiquiatría. Pero la Guerra Civil retrasó el comienzo de sus estudios universitarios, quedándose en Zamora durante los años de la contienda trabajando en la librería de su familia, y aprovechando los ratos libres para estudiar alemán, con el objetivo de viajar en el futuro a Alemania para completar sus estudios, país donde se estaba desarrollando la psiquiatría moderna.

Finalizada la guerra, comenzó sus estudios de Medicina en la Universidad de Salamanca junto a su hermana María. En aquella España de posguerra, empobrecida y rota, no era muy habitual que mujeres de familia humilde pudieran acceder a estudios universitarios. De hecho, ambas hermanas solo pudieron comprar un libro durante la carrera, teniendo que estudiar con libros prestados por otros alumnos y por la biblioteca, compatibilizando la carrera con algunos trabajos temporales.

Retrato de Jesusa Pertejo en los años 50. Colección privada


Ante la escasez de mujeres zamoranas cursando estudios universitarios en aquellos años, los excelentes resultados de las hermanas Pertejo en Medicina se convertían en noticia y el Diario de Zamora publicaba artículos sobre los resultados académicos de María y Jesusa, quienes involuntariamente se convertían en protagonistas por un día de los ecos sociales de la provincia.

Durante sus estudios, Jesusa realizó prácticas en el Hospital Provincial de Zamora y en el Manicomio Provincial de Salamanca, donde el trato dado a los pacientes y los anticuados métodos terapéuticos utilizados le dejaron una profunda huella y un anhelo de encontrar una forma diferente de atender a las personas que sufrían una enfermedad mental, buscando un trato más humano. De modo que empezó a seguir una orientación psicológica y social para entender el origen de las enfermedades mentales, aplicando tests psicológicos y analizando el entorno familiar y social de los pacientes. Trataba de entender qué vivencias había tenido el paciente para comprender mejor su enfermedad y conseguir ayudarle.

Tras la carrera estuvo trabajando en distintos centros médicos de varias provincias españolas, recayendo finalmente en Madrid donde se hizo cargo del Servicio de Psicología Clínica del Hospital Clínico, organizando también el Servicio de Neuropsiquiatría Infantil.

esusa caracterizada de alistana en un cuadro del célebre pintor Ricardo Segundo que fue donado al museo por la propia psiquiatra. “Retrato de Jesusa Pertejo”. Ricardo Segundo. Óleo sobre lienzo. 1950. Museo de Zamora. Junta de Castilla y León


Asimismo colaboró con el Departamento de Psicología Experimental del CSIC e introdujo en su departamento la Psicoterapia Infantil, buscando mejorar la atención psiquiátrica a niños y jóvenes.

En 1954 viajó a Ginebra, Suiza, donde llevó a cabo su psicoanálisis personal, profundizó en el estudio del test de Rorschach y continuó formándose en diferentes ámbitos de la psicología clínica e infantil.

Tras otro periodo en Bélgica ampliando conocimientos, se instaló finalmente en Valencia, casándose con el pediatra Alcamí, con quien formó una familia. En esta ciudad creó el “Centro Villa Marta” para ocuparse de la educación y recuperación de niños y jóvenes con discapacidad psíquica. Este centro comenzó su andadura atendiendo a niños con discapacidad para enseñarles a desenvolverse en la vida. Cuando estos niños crecieron, Jesusa vio que necesitaba ir un paso más allá y darles también una formación ocupacional como adultos, de modo que fue adaptando el centro y evolucionando en función de las necesidades que iban surgiendo. Fue uno los primeros centros de España en prestar este tipo de servicios.

En Valencia estableció también un Centro de Psicología Clínica y Psiquiatría Infantil, participando además en la fundación de la Sociedad Luso Española de Psicoanálisis.

Jesusa con su marido, el pediatra Alcamí. Colección privada


Jesusa fue pionera en España en estas materias, introduciendo importantes e innovadores métodos de diagnóstico y tratamiento.

Los últimos años de su vida profesional se centró en la docencia de la Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, llegando a ser catedrática y profesora titular, así como en el ejercicio del psicoanálisis.

Trabajadora incansable y quedándose viuda muy joven, compatibilizó su labor como madre, su trabajo atendiendo a pacientes y la publicación de un gran número de estudios sobre psiquiatría, psicología y neurología, que reflejan su evolución profesional y su interés por la psiquiatría infantil, así como por la atención a personas con discapacidad intelectual.

Jesusa Pertejo, en una de las muchas conferencias sobre psicología y psiquiatría que impartió. Colección privada


Como buena humanista, no solo se centró en su trabajo, sino que además tenía otros intereses intelectuales, escribiendo relatos en su tiempo libre. Algunos se basan en personas reales a las que conoció en su trabajo, a las que tomó un cariño especial y le llegaron al alma. En esas historias Jesusa tiene la capacidad de dar a sus personajes una segunda oportunidad en la vida, aquella que sin duda merecían, pero que tal vez la dura realidad les negó. Son cuentos que ayudan a profundizar y conocer mejor la mente humana, crudos en algunos momentos, pero a la vez tiernos y esperanzadores. Estos relatos están publicados bajo el título “Las leyendas negras. Cuentos de hospital psiquiátrico”.

Escribió otros dos volúmenes de historias de ficción, “Cuentos del Rastro” y “Cuentos del Retiro”, inéditos hasta el momento, en los que también habla de personas con enfermedades mentales aportando una interpretación psicoanalítica.

Asimismo, la pluma de Jesusa dio a luz relatos autobiográficos, basados en sus experiencias de la infancia y juventud conviviendo con sus hermanos en la casa familiar en Zamora, en los que refleja cómo era la vida en España en aquellos tiempos convulsos que le tocó vivir, cómo la guerra dividió a las familias y cómo empezó su andadura profesional.

Agradezco la información facilitada por los hijos de Jesusa y les animo a publicar estos relatos inéditos de su madre para que todos podamos disfrutar de su lectura y conocer mejor a esta zamorana que innovó y mejoró la atención psiquiátrica en nuestro país.

(*) Colectivo Ciudadanos Región Leonesa