Una vez asentado atrás, toca afianzar lo de delante. Si alguna asignatura pendiente ha quedado para el Córdoba CF durante estos compases postreros del arranque del campeonato en el Grupo 2 de Primera Federación, se ubica, ciertamente, en la parcela del gol, donde el equipo todavía anda en busca de ese ansiado salto de calidad en punta, tan necesario -como demandado- para de una vez elevar definitivamente aspiraciones y convertir el grueso de oportunidades que el bloque tutelado por Iván Ania costumbre a amasar partido tras partido. Desde la solvencia en defensa, así, el equipo ha conseguido reconvertirse y dar pasos hacia adelante, hasta ahora una versión actual mucho más aseada y pragmática zaga, aunque todavía aquejada de poca mordiente en el territorio de delanteros, donde la competencia -al principio de curso inexistente-, con Antonio Casas y Alberto Toril en busca de su sitio en el once titular, parece estar servida. 

Antonio Casas, alumno aventajado

En lo relativo a cuestiones de participación, el rambleño se mantiene en cabeza, después de haber sido una de las piezas más habituales del esquema del equipo a lo largo de las diez jornadas ligueras disputadas hasta la fecha. En ese saldo, acumula un total de ocho titularidades, con 678 minutos en pista y, como reflejo, una producción de cuatro goles, que dejan un promedio de 0,4 dianas realizadas por encuentro. Antonio Casas partió por delante en los planes de Iván Ania, consolidándose tempranamente en la partida para ser el delantero de referencia del renovado Córdoba CF en su histórico segundo curso bajo el renovado formato de la Primera Federación. Tras un verano convulso, con la salida de pilares del bloque como Javi Flores, Miguel De las Cuevas o, especialmente Willy Ledesma -ya suma cinco goles en las filas del Lugo del Grupo 1- en la parcela atacante, al ex del Sevilla Atlético se le demandó un paso adelante, efectuado desde los compases más tempranos de la última pretemporada.

Con ese sentido y en dicha línea arrancó el campeonato 2023-2024, al que el delantero rápidamente tomó el pulso a base de goles. Firmó el primer gol blanquiverde en el nuevo curso, durante el estreno ante el Ibiza en El Arcángel (2-3), para seguidamente poner un doblete de prestigio en el Enrique Roca, donde quedó doblegado el Real Murcia (1-3) para servir la victoria inaugural de la campaña. Seis encuentros después, del mismo modo, el “20” cordobesista volvió a ver puerta ante el Mérida, sirviendo el primero de los dos goles que fueron necesarios para llevarse el duelo casero ante los extremeños, que acabó ajustado a la mínima en el último tramo (2-1). En lo demás, por sus botas ha pasado buena parte de las aspiraciones a la hora de convertir el buen juego en réditos reales para el casillero, destapándose como el máximo artillero de la plantilla, aunque con un balance poco fructífero en la relación entre ocasiones disfrutadas y convertidas

Fruto de esa indecisión parcial, precisamente, se produjo su primera suplencia sin lesión o molestias aparentes de por medio esta temporada -también paró ante el Algeciras, con el que solo disputó siete minutos-, correspondiente con la pasada visita al Málaga en el icónico Estadio La Rosaleda (1-1), en el que Alberto Toril le ganó la partida para colocarse, al menos de forma momentánea, a la vanguardia de la competencia que atañe a ambos delanteros en busca de un sitio de inicio en los planes de Iván Ania.

Antonio Casas lamenta una acción durante el choque ante el Recreativo de Huelva. ANTONIO JESÚS GONZÁLEZ


Alberto Toril reabre el debate

Desde un prisma netamente opuesto llega a concurso Alberto Toril, que en las últimas semanas se ha propuesto reabrir un debate por la titularidad que parecía terreno absolutamente vedado en la delantera. Los tantos del balear, que acumula dos a lo largo de diez partidos -tan solo dos inicio- y 246 minutos sobre el verde, de este modo, se cuentan por puntos para el Córdoba CF, que ha encontrado en el ex del Real Murcia su principal recurso para agitar el avispero en función de las necesidades del equipo durante el último tramo de los encuentros. Su buen hacer aéreo también ha destapado una alternativa de valor incalculable a la hora de tejer aproximaciones y elevar el peso del balón parado, en el que acostumbra a ser uno de los más destacados, o al menos de cara a la pizarra, cuando se encuentra alineado en el terreno de juego.

Como promedio, el ariete mallorquín firma un gol cada 123 minutos en pista, o lo que es lo mismo, un tanto cada partido y medio disputado, debiendo todas sus anotaciones a remates de cabeza. Abrió su cuenta anotadora en la goleada al Recreativo Granada en El Arcángel (3-0), con el tercero de los goles tras una acción desde la esquina, mientras que también vio puerta en el más reciente duelo casero ante el Recreativo de Huelva (1-0), en el que puso la diana de la victoria -y el éxtasis en la grada- a falta de tan solo un minuto para conclusión del tiempo reglamentario, para dejar apalabrada la tercera victoria en El Arcángel de forma consecutiva, además, después de una semana de parón obligado por el aplazamiento del duelo frente al Atlético Espeleño en El Palmar, fechado para el próximo 22 de noviembre (16.00 horas), aunque ahora recurrido por los locales.

Entre la trascendencia de las acciones de Toril y su buen momento de forma durante las últimas fechas, asimismo, la pugna por participar desde primera hora en el once blanquiverde se ha recrudecido considerablemente, aunque sin terminar de arrojar una propuesta del todo fiable a la hora de convertir ocasiones en goles. El pulso en Málaga relató las carencias que arrastran los de Ania, aquejados de claridad o eficacia en los últimos metros, en los que se subastan los objetivos y todavía hace falta un salto de calidad para abordar de forma inequívoca la empresa en busca del salto de categoría, máxime dado el contexto y al feroz competencia actual por dichas metas.

Alberto Toril conduce el esférico durante el cruce ante el Málaga en La Rosaleda. Francisco fernández