A pesar de la dureza con la que el expresident Carles Puigdemont ha desdeñado la estrategia negociadora de ERC con el PSOE durante los últimos años, asegurando que «el ‘a cambio de nada’ se ha ido a la papelera de la historia», los republicanos han querido recibir con guante de seda el pacto al alcanzado este jueves por Junts para dar sus siete votos a la investidura de Pedro Sánchez. «Se evidencia que la vía de la negociación es la que nos permite avanzar como país. Celebramos que nos podamos encontrar todos en esta vía de la negociación», se ha limitado a decir la portavoz de los republicanos, Raquel Sans, en una rueda de prensa desde el Parlament en la que no ha querido entrar en el trapo de ninguna polémica.

Por contra, Sans ha querido poner en valor el acuerdo, tanto el que ha logrado Junts como el firmado la semana pasada por su partido, asegurando que permite «avanzar al país» y que lo hace «en los términos» que los republicanos han ido reivindicando, con una «amnistía general» que incluye todas las causas, entre ellos el Tsunami o el caso de los CDR acusados de terrorismo. «Es un muy buen acuerdo que permite avanzar en la segunda fase del conflicto político», ha asegurado Sans, que ha reivindicado que la amnistía «no es el final de nada» y que lo que hacer es «poner el contador a cero» para poder «avanzar».

Además, ha puesto en valor que el pacto permite «frenar el paso a la derecha y a la extrema derecha», algo que considera que toma «más sentido» con las protestas de los últimos días comandadas por la extrema derecha. Finalmente, Sans ha recordado el acuerdo alcanzado por los republicanos con el traspaso de Rodalies o la condonación del 20% del FLA, ya que considera que se gana «soberanía fiscal» y «ferroviaria».

Justamente, sobre el acuerdo, también se ha pronunciado la consellera de Exteriors, Meritxell Serret, que ha celebrado el acuerdo, porque considera que significa que Junts entra «en la dinámica de la negociación para poder avanzar en el conflicto». Serret ha hecho estas declaraciones desde Madrid, donde se ha reunido con varios embajadores para negociar la oficialidad del catalán en la UE. Sobre este asunto, Serret ha prometido seguir «presionando» para que sea una «realidad lo más pronto posible», pero ha exigido al Gobierno español que no rebaje «el nivel de exigencia» ahora que tiene garantizada la investidura.