Pedro Sánchez se ha desplazado este miércoles a la sede central del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. Un día después de que el lugar fuese el escenario de graves disturbios por parte de simpatizantes de extrema derecha que protestaban contra la futura ley de amnistía, el presidente en funciones ha querido transmitir a los trabajadores socialistas su «solidaridad» ante estos hechos. Para Sánchez, en plena negociación con Junts per Catalunya para lograr ser reelegido durante una votación en el Congreso que en principio tendrá lugar la semana que viene, la “violencia” de estos días muestra la “necesidad” de formar gobierno cuanto antes.

“Si algo demuestran estos días tan aciagos es la necesidad de que [la investidura] salga adelante, de que este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y los principios de democracia, libertad y convivencia”, ha señalado Sánchez. “Podrán decir, podrán hacer, pero no nos intimidan. Vamos a seguir adelante y tener gobierno”, ha añadido ante los trabajadores de la sede de Ferraz, que lo han recibido con aplausos. 

“Es difícil expresar con palabras mis sentimientos. Ver las imágenes, las proclamas, la violencia que se utiliza, el objetivo de intimidar una organización política, me llena de indignación. También de una enorme solidaridad con aquellos que estáis en esta y en otras casas del pueblo. Y en tercer lugar, reafirmación con nuestros valores y nuestro proyecto”, ha explicado el líder socialista al mediodía, horas antes de una nueva ola de convocatorias frente a las sedes del PSOE en toda España sin autorización de las respectivas delegaciones del Gobierno.