Va a hacer 10 años desde que el equipo del biólogo Jeffrey Gordon descubrió como las bacterias que invaden el intestino, la popular flora intestinal o microbiota, son esenciales para mantener la salud en todo el cuerpo humano. 

  • 100 billones de microorganismos, del mil especies distintas, de cuyo equilibrio dependen nuestros órganos y nos pueden predisponer a padecer determinadas enfermedades, como por ejemplo las enfermedades autoinmunes.

Desde hace décadas se conoce la influencia de las bacterias intestinales en el desarrollo de enfermedades como el lupus. En los últimos años, gracias a los nuevos métodos de análisis de genómica microbiana, se ha podido empezar a conocer qué tipo de alteraciones presenta la microbiota de las personas afectadas por el lupus eritematoso sistémico y como pueden influir en los brotes de esta patología. 

Eritema en mariposa en lupus sistémico Imagen: Doktorinternet


Microbiota y lupus

El doctor José Campos, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, explica que:

  • «Las personas con lupus tienen un repertorio microbiano disminuido en el intestino y, a menudo, disbiosis (localización de microbios habituales de una zona del aparato digestivo en zonas donde no se encuentran en condiciones normales) lo cual ha podido relacionarse con la gravedad de la enfermedad”.
  • «Frecuentemente están presentes signos de alteración de la permeabilidad intestinal acompañando a estos hallazgos».

Y aunque hay disparidad entre las poblaciones bacterianas que se encuentran afectadas, «la expansión de un tipo concreto de bacterias (Ruminococcus gnavus) podría estar implicada en el desarrollo de la enfermedad”, añade el especialista.

Las personas con lupus sufren alteraciones en la microbiota intestinal. Adobe Stock.


¿Dieta sin gluten? Una duda recurrente en pacientes con lupus 

Vista la relación que puede tener la microbiota intestinal en el lupus, y teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones, las personas afectadas por esta enfermedad autoinmune sistémica pueden desarrollar otras patologías intestinales, como celiaquía, surge la pregunta de si una dieta sin gluten podría beneficiarles. 

A este respecto, el doctor Campos explica que:

  • «La enfermedad celiaca es una patología autoinmune distinta al lupus, aunque en algunas personas pueden asociarse ambas enfermedades”. 

Aclara, además, que

  • «Las proteínas que componen el gluten tienen la capacidad de estimular respuestas del sistema inmune intestinal en personas con predisposición genética (como en la enfermedad celiaca), pero también existen otros tipos de sensibilidad al gluten no celiaca e incluso alergia al mismo.»
  • «La dieta (cualquiera) afecta al equilibrio de la microbiota, pero se sabe que dichos cambios en general son transitorios, y es una de las dificultades para el tratamiento”. 

Por estas razones, el especialista insiste en que ni un paciente con lupus, ni nadie debería “realizar dietas restrictivas sin la opinión del profesional sanitario que atiende al paciente”. 

Lupus: qué es, síntomas y tratamiento de una enfermedad que nos descubrió el doctor House wikimedia


¿Puede ser la microbiota una puerta a nuevos tratamientos contra el lupus?

El conocimiento y los resultados obtenidos en la investigación sobre la relación que existe entre la microbiota y el lupus podría, en un futuro, abrir una ventana a nuevos tratamientos. 

“Lo que ocurre es que aún no se ha conseguido definir qué intervenciones pueden ser beneficiosas y en qué pacientes. Por ejemplo, se ha intentado el trasplante de heces de donantes sanos, determinadas dietas o la administración de probióticos”, señala el doctor Campos.

  • Sin embargo, a nivel terapéutico, en este último año, tanto el lupus eritematoso sistémico como el SAF (síndrome antifosfolipídico) han experimentado avances y mejoras en las opciones terapéuticas. 

Aunque, tal y como señala el doctor Vicenç Torrente, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Comarcal de Vilafranca del Penedés:

  • «Es en el campo del lupus donde se podría hablar de una revolución mayor”. 

Micrografía electrónica de barrido coloreada de Escherichia coli Imagen: NIAID


Porque como explica el doctor Torrente: «cada vez disponemos de más tratamientos y por ello es necesario saber ubicar cuándo y en qué pacientes esta revolución será más eficaz y eficiente».

  • Nos disponemos a aventurar que no está lejano el momento en que los efectos colaterales de algunos tratamientos clásicos y habituales utilizados hasta hace poco van a ir dejando paso a épocas con mayor seguridad y mejor estado de salud a corto y, sobre todo, a largo plazo. Todo ello, en parte, a las mejoras terapéuticas, pero también debido a una cada vez mejor evaluación clínica”. 

“Los especialistas en Reumatología tenemos la sensación que el avance del conocimiento en lupus y en síndrome antifosfolipídico es inexorable y que nos acercamos a situaciones ya vividas, por suerte, en otras enfermedades sistémicas que dominamos y conocemos (artritis reumatoide, esclerosis sistémica, entre muchas otras).»

Por ello, el futuro es esperanzador y se perfilan situaciones, por ejemplo, en la que haya:

Un uso cero de corticoides

  • Enfermedad en remisión
  • Mínimo impacto de calidad de vida
  • Ausencia de daño acumulado
  • Menor tiempo en la consecución del control de la enfermedad.