A falta de concretarse el pacto del PSOE con Junts para la investidura, sus detractores no dejan de aumentar. Mientras los constitucionalistas censuran las concesiones de Pedro Sánchez a los partidos nacionalistas, en el otro extremo, los defensores de la vía unilateral las consideran insuficientes, y amenazan con una «respuesta inmediata» en caso de que se formalice el acuerdo.
Esta respuesta se traduciría en la firma de un manifiesto seguido de la publicación de «información comprometida» que afecta a diversas entidades y asociaciones de la órbita de Junts per Catalunya y su junta directiva. Detrás de esta reacción del flanco independentista está Reagrupament, una asociación cuyos miembros han engrosado en varias ocasiones las listas de Junts per Catalunya.
Ahora, sin embargo, se muestran críticos con la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Partido Socialista para formar Gobierno. Denuncian que se trata de una estrategia de un «PSOE débil y sin recursos» tratando de obtener un poder político sin el cual entraría en crisis y, con él, el sistema de partidos español, por lo que la salida más conveniente pasaría por repetir las elecciones.
Desde la entidad lamentan asimismo que no han sido consultados ni informados directamente acerca del contenido del eventual pacto, a pesar de estar en contacto de forma habitual con representantes de Junts. Algunos de ellos forman parte del equipo encargado de las negociaciones, como ocurre con Laura Borràs, a quien ya afearon el convenio al que llegó con Jordi Turull para el reparto de los cargos representativos del partido. Desconfían del papel de Turull en la cuestión de la amnistía, pues sostienen que desde que salió de la cárcel no actúa en libertad, al igual que otros colaboradores provenientes de Convergència, quienes «quieren cargos, no independencia» según miembros de Reagrupament.