Dos destacadas ONG conservacionistas, Ocean Care y Environmental Investigation Agency (EIA), han denunciado a través de un informe que algunas tecnologías de limpieza de plásticos de los océanos, muy populares y espectaculares, pueden en realidad ser “perjudiciales” para el medio ambiente y pueden desviar la atención sobre las soluciones reales.
Las dos entidades han publicado el informe ‘Clean-ups or clean washing‘ a pocos días de la celebración de la tercera ronda de negociaciones internacionales de la ONU para avanzar hacia la firma de un Tratado Mundial de Contaminación por Plásticos, el primero que existiría en el planeta. La reunión se celebrará en Nairobi (Kenia) del 13 al 17 de noviembre.
Ocean Care y la EIA piden a los países que prioricen la reducción de la producción por plásticos en vez de centrarse en tecnologías de limpieza que “pueden ser costosas, perjudiciales para el medio ambiente y que además desvían la atención de las soluciones reales”. Entre algunas consecuencias, citan la captura accidental de especies, algunas incluso protegidas o en peligro.
El trabajo asegura que las tecnologías de «limpieza rápida» de basura plástica de los océanos (consistentes, por ejemplo, en su retirada física desde barcos o con redes y otros artilugios) tienen efectos perjudiciales para la vida marina y son una acción de “lavado verde” o greenwashing.
En concreto, el estudio analiza 38 ejemplos específicos de dispositivos o tecnologías de recogida de plásticos marinos que pretenden recolectar y extraer la basura plástica del mar, que también incluyen drones y robots.
Ir a la raíz del problema: reducir la fabricación de plástico
Las organizaciones reclaman a los Gobiernos que se centren en soluciones de raíz que reduzcan la producción de plásticos en vez de soluciones rápidas con repercusiones negativas más amplias.
“Aunque a primera vista el objetivo de estas tecnologías parece atractivo, organizaciones ecologistas y científicos temen que supongan una amenaza para las mismas especies y ecosistemas a los que pretenden ayudar. También advierten de que estas tecnologías desvían la atención de las políticas que realmente abordan en origen el problema de la contaminación por plásticos, es decir las que se dirigen a su producción y consumo”, dicen estas entidades.
«Reconocemos que para poner fin a la crisis de la contaminación por plásticos, las medidas de limpieza son una parte inevitable y necesaria de un enfoque que considere su ciclo de vida completo «, afirma Kean-Hammerson, responsable de la Campaña de Océanos de la EIA.
Por ello, insiste en que gobiernos y negociadores deben aprovechar la oportunidad del próximo Tratado Mundial sobre los Plásticos para poner en marcha las medidas necesarias que garanticen que no habrá que estar «eternamente limpiando el mar de plásticos» y que, cuando haya que hacerlo, se dará prioridad a las personas y al planeta.
El estudio concluye que, incluso si hubiera 200 dispositivos de limpieza instalados a bordo de buques, no limpiarían los océanos aunque estuvieran más de cien años funcionando continuamente, pero sí tendrían importantes repercusiones climáticas.
Capturas accidentales de especies en peligro
Entre los impactos de los dispositivos de limpieza marina destaca capturas accidentales de tortugas marinas, tiburones y distintas especies de peces y cefalópodos. Al mismo tiempo, el informe analiza sus «vínculos» con la industria del plástico y advierte de que estos proyectos tienen entre sus financiadores al productor saudí de petroquímicos y polímeros SABIC, el conglomerado industrial holandés y fabricante de plásticos DSM.
«Los proyectos de limpieza son una herramienta de la industria para distraer estupendamente la atención del verdadero problema. No es de extrañar, si tenemos en cuenta quiénes son los principales financiadores«, concluye Lauwerier.
La iniciativa de limpieza más conocida es The Ocean Cleanup (TOC), surgida para limpiar la Gran Zona de Basura del Pacífico. Preveía recoger entre 9.900 y 14.900 kg de residuos a la semana, pero los investigadores han calculado que la realidad es entre 3,7 y 5,5 veces inferior a lo previsto, según el informe.
Organizaciones ecologistas y científicos también han expresado su preocupación por el impacto del proyecto TOC en la vida marina. Entre las capturas accidentales registradas en las limpiezas de alta mar realizadas por el TOC en 2020 figuran: tortugas marinas (incluidas especies en peligro de extinción), tiburones, diversas especies de peces y cefalópodos, agrega el documento.
El experto en política de plásticos de OceanCaree, Ewoud Lauwerier, observa que estos proyectos de limpieza parecen atractivos para el gran público, y también para los responsables políticos, pero son «engañosos» porque permiten continuar con los mismos hábitos y prácticas comerciales de siempre, al tiempo que son «ineficaces, requieren mucho capital, se ven falsamente como una solución y pueden incluso dañar la fauna marina».
Documento íntegro: https://www.oceancare.org/en/stories_and_news/plastic-clean-up-tech/
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