Las cinco participantes en la 9ª edición del Reto Pelayo Vida acaban de regresar de la Patagonia argentina, donde han coronado el cerro Gorra Blanca, una montaña de casi 3.000 metros de altura, de una gran dificultad técnica y afrontando vientos huracanados y un frío intenso. Bajo la dirección deportiva de Rocío Monteoliva, Anna Blanco (Valencia), Yolanda Cerezo (Madrid), Kica Echanove (Toledo), Sonia Saiz (Santander) y Laura Villa (Teruel) se han internado en el Campo de Hielo Sur, la tercera extensión helada más grande del mundo después de la Antártida y Groenlandia. Todas estas mujeres tienen en común el haber superado un cáncer, y con su hazaña han querido demostrar que después de la enfermedad aún queda mucha vida por delante.
Algunas, como Laura, han sido intervenidas hace muy poco, en febrero de este año, pero como aclara la guía de alta montaña Rocío Monteoliva, “la clave está en entender que no se trata de una competición; el objetivo es llegar, y para eso no hay que elegir a las más fuertes, sino a las que mejor se adaptan al trabajo de equipo y se complementan con sus competencias”.
El proceso de selección no ha sido fácil. En un primer momento se presentaron 500 candidatas a participar en el Reto, de las que 18 preseleccionadas tuvieron que pasar duras pruebas físicas en Sierra Nevada (Granada). Las finalistas entrenaron luego en los Alpes franceses. Como afirma Yolanda, que con 53 años es la más veterana del grupo, en todo el proceso de lucha y superación de la enfermedad, “el deporte ha sido una forma de ver que tu cuerpo no te ha abandonado”.
La expedición partió el 23 de octubre de Madrid hacia Buenos Aires, de dónde se desplazó a El Chaltén, una pequeña población de la provincia de Santa Cruz fundada el año 1985 y que hoy es conocida como “la capital argentina del trekking”. Allí las esperaban el equipo de guías de Diego de Angelis, que colaboró con el famoso fotógrafo Sebastião Salgado cuando preparaba su obra ‘Génesis’, así como el jefe de logística, Enrique González. Contando con este apoyo, las cinco aventureras han afrontado jornadas de hasta 10 horas trepando y desafiando rachas de viento intenso que convertían el terreno en una trampa. Según Rocío Monteoliva, “con ráfagas a partir de 80 Km/h la nieve no precipita, sino que vuelve al estado gaseoso, creando una capa dura en superficie que no da seguridad para avanzar”. Esto ha provocado la necesidad de cambiar constantemente y de forma rápida de crampones a raquetas para nieve y viceversa, eligiendo en cada momento la herramienta más adecuada. Pero lo más dramático ha sido el frío en las extremidades, puesto que las mujeres que han padecido un cáncer de importancia tienen, por lo general, una mayor sensibilidad en manos y pies. “Se nos congelaban los dedos, no los sentíamos”, cuenta Laura, “nos hemos tenido que hacer masajes y tomar alguna aspirina para favorecer la circulación”.
En estas condiciones, la ascensión final al Gorra Blanca ha sido muy dura: “Desde abajo parecía que la cima estaba al lado, pero no llegabas nunca. Había que moverse poco a poco y no desconcentrarse. Queríamos llegar las cinco juntas a la cumbre… ¡y lo conseguimos!”, prosigue Laura. “Cada una llevaba su propósito allá arriba, a la gente que hemos perdido y personas que nos han acompañado hasta a la cima con su pensamiento. Hemos subido por nosotras, pero también por las que no están”, dice, y asienten las cinco, recordando a quienes el tratamiento no surtió efecto. El descenso fue casi tan duro como la subida, entre otras cosas porque la noche se les echaba encima. En palabras de Anna, vecina de Ontinyent y profesora de yoga, “tan importante es lo que viene antes como lo que llega después de la enfermedad. Igual que cuando subes una montaña. También hay que pensar en bajarla”.
El Reto Pelayo Vida, creado por el escritor y fundador de Trex Exploring, Eric Frattini, llegará el año que viene a su décima edición, siempre con el objetivo de sensibilizar a las instituciones sobre la importancia de la investigación, la detección precoz del cáncer y la importancia de invertir en ciencia. También alerta sobre la necesidad de practicar deporte y llevar una alimentación sana, pues el 40% de los casos de cáncer pueden evitarse con unos hábitos de vida saludable. Un proyecto de sensibilización protagonizado por mujeres con un gran coraje y del que hemos sido testigos en primera persona durante la actual edición.