Llega el Real Madrid esta noche al partido ante el Braga con un serio déficit goleador. Los de Ancelotti se asoman al tercio de Liga siendo el cuarto equipo más goleador (23 tantos), uno menos que el Barça, dos menos que el Atlético y a seis del Girona. Hace un año a estas alturas sumaba 36 en todas las competiciones y ahora acumula 29. La marcha de Cristiano, Bale o Benzema ha diluido la pegada de los blancos, que ahora está condicionada a la aportación de un centrocampista con llegada como Bellingham. 

Bellingham eclipsa la pizarra

El inglés suma 13 goles y 3 asistencias, lo que implica que ha participado en el 55% de los goles del Madrid esta temporada. Y hay un dato aún más inquietante: a excepción del duelo contra la Real, si Bellingham no marca, el Madrid no gana. Jude no anotó en ninguno de los tres pinchazos de esta curso: ni en la derrota del derbi (3-1), ni en el 1-1 del Pizjuán ni en el 0-0 del pasado sábado contra el Rayo. 

El foco está puesto en Vinícius y Rodrygo, cuya aportación se ha desinflado con el cambio del esquema táctico. Advertía Carletto: «Rodrygo y Vinícius van a meter más goles a lo largo de la temporada, van a marcar más que Bellingham y Joselu. No tenemos ninguna duda. Rodrygo y Vinícius volverán a marcar sin problemas. No tenemos prisa en este sentido». Los brasileños están muy lejos de los registros goleadores de la pasada campaña a estas alturas. Vinícius suma tres goles y dos asistencias, cuando hace un año ya acumulaba cinco tantos y cuatro pases de gol. Rodrygo solo ha logrado dos goles y una asistencia por los cinco tantos y cinco pases de gol de la pasada temporada. Precisamente la semana pasada el club confirmaba la ampliación de sus contratos: Vinícius hasta 2027 y Rodrygo hasta 2028 (y ayer, Camavinga renovaba hasta 2029). 

Vinicius celebra el gol de Bellingham en Nápoles. Real Madrid


El cambio de sistema 

Parece obvio que esa pérdida de gol es consecuencia del cambio de esquema. Ancelotti pasó del 4-3-3 a un 4-4-2 o un 4-2-3-1, para dar más protagonismo ofensivo a Bellingham, y eso está pasando a factura a los brasileños. Vinícius vuelve a ser un jugador acelerado que no toma buenas decisiones. Y Rodrygo deambula en punta al no tener un referente por delante, como le ocurría con Benzema. Es un jugador dinámico que tira diagonales desde ambas bandas, con desborde y buen disparo. Pero Bellingham ha asumido el rol de llegador, empujando al brasileño arriba, donde sufre al no tener movimientos innatos. Se añade que ni Vinícius ni Rodrygo son especialistas del gol. 

Esta saudade de gol también afecta a Federico Valverde. El charrúa sumó el pasado curso hasta el parón del Mundial de Qatar, el 9 de noviembre, ocho goles y cuatro asistencias. Esta temporada lleva un tanto y dos pases de gol. Otra decena de tantos que echa de menos el Madrid. Valverde es el jugador más utilizado, pero en otro rol que le hace perder peso en ataque. El acomodo de Bellingham ha rebajado la importancia ofensiva de Rodrygo o Valverde con sus nuevos roles.

Fede Valverde celebra el gol, depsués anulado, al Sevilla. Reuters


Además de Bellingham, Joselu ha marcado cinco goles en 755 minutos, lo cual casi equilibra los siete goles que sumaba hace un año un Benzema que se desinfló tras ganar el Balón de Oro. El ariete aprovecha sus minutos está haciendo cambiar de opinión a Ancelotti, al convertirse en un recurso cada vez más recurrente para sus compañeros. 

Esta Bellingham-dependencia confirma la mala planificación de una plantilla hipotecada por el futuro fichaje de Mbappé. El madridismo comienza a recelar del nuevo esquema de Ancelotti, al que ven en verano camino de Brasil. Y en esta temporada de transición se busca víctima para que Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, diseñadores de esta plantilla, escurran el bulto. Asoman dos candidatos: Ancelotti y los brasileños.