La semana del Madrid-Valencia ha empezado con Vinícius Junior en boca de todos. Y nada tiene que ver con lo que sucedió la temporada pasada en Mestalla. El brasileño es protagonista porque viene de una polémica contra el Rayo Vallecano. La última de muchas en su carrera. Todavía no hemos llegado al primer tercio de la temporada y su historial de líos es tan largo como triste. No hay partido en el que el madridista no se meta en problemas. Está en todos los charcos. Desde que aterrizó en España. ¡En su primer derbi con el Castilla, el capitán del Atlético intentó morderle la cabeza! No parece casualidad. 

Vinícius va camino de convertirse en persona ‘non grata’ en todos los estadios de España. El rodillo mediático de Florentino Pérez cada vez tiene más complicado esconder sus provocaciones, chulerías y faltas de respeto con rivales, árbitros y aficionados que lo sacan del partido y acaban repercutiendo en el juego de su equipo. Lo que debería preocuparle es que el propio vestuario del Madrid empieza a cansarse de sus comportamientos. Su entrenador y sus compañeros cada vez tiene menos ganas de ocultarlo. Carlo Ancelotti y el capitán Nacho reconocieron ayer en sala de prensa que tienen un problema con el brasileño. Nadie lo aguanta. Solo la caverna blanca se resiste a aceptar la realidad. El resto del fútbol español lo tiene claro. Porque han sido testigos directos de sus conductas dentro de un campo del todo menos ejemplares. El dato habla por sí solo. Vinícius se ha metido en líos en cinco de sus últimos seis partidos. Justificarlo bajo el paraguas del racismo ya no cuela. 

De polémica en polémica

Ver a Vinícius fuera de sí se ha convertido en una escena habitual en la liga española. La fotografía se repite semana a semana. Fue acabar de salir de su lesión y meterse en el primer charco de la temporada el pasado 30 de septiembre. El brasileño perdió las formas en Montilivi a raíz de la entrada de Nacho sobre Portu. Vinícius aprovechó la trifulca para recordarles a los jugadores del Girona el resultado («Tres goles para el Madrid») y vaciló a los seguidores del equipo local haciendo el número tres con las manos en referencia a los tres goles con los que gana el Madrid (0-3). También tuvo problema en su siguiente salida al Sánchez Pizjuán. El madridista empujó al portero del Sevilla Nyland, provocó una trifulca con los jugadores locales que provocó su amonestación y su sustitución a tres minutos del final. Ese momento de tensión provocó una serie de insultos racistas lamentables y condenables desde la grada. Afortunadamente, el Sevilla actuó rápido, identificó al aficionado y lo expulsó del estadio. Tolerancia cero por encima de todo. 

Vinícius volvió a ser el centro de la polémica en Champions contra el Sporting de Braga. El brasileño enfadó al público portugués con diez bicicletas innecesarias en parado que indignaron al estadio luso y a todo el equipo, en especial a su marcador Zalazar. El uruguayo le recriminó la acción. «Estamos jugando al fútbol». Vini salió riéndose del marcaje. Su historial de incidentes siguió en el clásico encendiendo los ánimos de Montjuïc con un pelotazo a la grada y se encaró con Xavi. El técnico del Barça ‘le tocó la carita y Ancelotti se lo llevó agarrado de la mano para que dejara de hacer gestos a la grada. La tuvo hasta con el cuarto árbitro: «No me toques, no me toques. Estás loco». Su último episodio polémico sucedió el domingo contra el Rayo. El brasileño desafío a Dimitrievski. «Tú y yo fuera; tú y yo, fuera», dijo amenazante.

Su conducta cansa

Vinícius fue el tema principal de la rueda de prensa de Champions de Ancelotti y Nacho. De las palabras de uno y otro se desprende que el brasileño es un problema. «Con Vini hemos hablado mucho desde que llegó al Madrid. Estamos trabajando con Vinícius para que se centre en jugar. Hablamos con él para que esté tranquilo. Que se enfoque en jugar porque es lo más importante», dijo el capitán. «Puede ser que tenga que mejorar su actitud en alguna circunstancia. Pero ha mejorado muchísimo», dijo el técnico. Están hartos.