La tragedia infinita que recorrió este martes Tierra Estella golpeó de lleno a una familia querida y muy conocida tanto en Estella-Lizarra como en los pueblos y concejos de la merindad y los vecinos se solidarizaban e infundían toda la fuerza del mundo a la madre del pequeño Mateo y a su familia.
El matrimonio, con más de 15 años de duración, se había separado en torno al año 2021 y según fuentes cercanas Txetxo Apestegui Fernández, que tenía ahora 54 años, había vivido la ruptura de forma traumática y no terminaba de aceptar la separación hasta el punto de estar sumido en varios episodios depresivos. Después de la misma, el ahora fallecido y supuesto responsable de la muerte de su hijo había protagonizado individualmente un intento autolítico (suicidio) en la misma zona del balcón del Pilatos, donde fue necesario que interviniera la Policía Foral.
Jose Joaquín Txetxo Apestegui era natural de Burlada y ejercía como albañil, dedicado principalmente a la reforma de baños, desde Igúzquiza. Era un consumado deportista, amante de las salidas en montaña y también de las carreras de BTT. Llegó a jugar en el primer equipo del Xota de fútbol sala en la temporada 1996-97 y llegó a Estella precisamente para competir en dicho deporte en el antiguo equipo Perfiles Sintal. Ahora, seguía vinculado al deporte, puesto que ejercía como entrenador del equipo benjamín del Club Deportivo Arenas de Ayegui donde el pasado domingo llegó a dirigir a su propio hijo antes de que se les perdiera la pista.
El recuerdo y los mensajes de apoyo y consuelo desde Tierra Estella a la madre del niño clamaban también por la injusticia y tragedia cometida con el pequeño Mateo Apestegui Adrián, que había pasado el fin de semana con su padre. Era alumno de 2º de primaria en el centro estellés de Lizarra Ikastola. Era un niño muy sociable y que se hacía querer. Incluso, desde la Policía Municipal señalaban que “siempre que nos veía se acercaba a darnos un abrazo porque lo habíamos conocido en los cursos de protección que dábamos en su colegio”, aseguraron desde el cuerpo.
También era un gran amante del fútbol y de hecho jugó su último partido el pasado domingo y teniendo a su padre como entrenador. “Fue un partido que todo sucedió con normalidad y no se vio ninguna actitud extraña por parte del entrenador”, afirmaron desde el club. Su madre, que había estudiado en la propia ikastola a la que acudía su hijo, denunció la desaparición del menor al ser informada desde el centro escolar que no había acudido a clase. Ella, que justamente celebró su 47 cumpleaños este pasado domingo, estellesa de nacimiento, regenta desde el año 2011 una peluquería y salón de belleza en el centro de la ciudad del Ega junto a varias socias. Es una persona muy activa, extrovertida y querida en la ciudad en la que le vio nacer y donde ayer no había nadie que no la recordara.