La presión, ese es el asunto. Cailin Doughty es una agente funeraria norteamericana que ha escrito un libro titulado ¿El gato se comerá mis ojos? Responde en él a preguntas que la gente (niños, en especial) se hace sobre los muertos. Una de estas preguntas dice así: “¿Qué le pasa al cadáver de un astronauta en el espacio?”. La respuesta es tremenda. Verán, resulta que el cuerpo humano, en palabras de Doughty, “está acostumbrado a funcionar bajo el peso de la atmósfera terrestre, que nos arropa todo el rato como si fuera una mantita antiansiedad de tamaño planetario”.