Marc tiene 62 años y durante las últimas tres décadas ha convivido con el lento y doloroso avance del párkinson; una enfermedad neurodegenerativa que por el momento todavía no tiene cura. Hace unos años, como le ocurre a muchos otros pacientes, Marc empezó a sufrir problemas de movilidad y finalmente acabó casi paralizado. «Prácticamente no podía caminar sin caerme continuamente», relata el paciente. Ahora, según anuncian entusiasmados un equipo de científicos suizos, Marc ha vuelto a andar gracias al uso de unos implantes. «Ahora consigo incluso ir al lago los domingos y caminar más de seis kilómetros. Es increíble», relata el hombre.
Su caso, relatado en un artículo publicado este mismo lunes en la revista científica ‘Nature Medicine’, se suma a la lista de éxitos obtenidos por el equipo de Grégoire Courtine y Jocelyne Bloch. Estos investigadores suizos ya han logrado cosas tan espectaculares como, por ejemplo, que tres personas parapléjicas volvieran a ponerse de pie. O que un hombre totalmente inmovilizado pudiera andar de nuevo. En todos estos casos, los pacientes han podido recuperar su movilidad gracias al uso de implantes experimentales desarrollados por el Instituto Federal Suizo de Tecnología y el Hospital de Lausanne. «Nuestro objetivo es conseguir que este tipo de tecnologías sean accesibles para todo el mundo«, explican Courtine y Bloch tras el éxito presentado este lunes.
«Ahora consigo incluso ir al lago los domingos y caminar más de seis kilómetros. Es increíble»
Implantes en la médula
En el caso concreto de Marc, la técnica utilizada para conseguir que este hombre con párkison pudiera volver a andar ha sido la siguiente. En primer lugar, los investigadores desarrollaron un mapa anatómico personalizado de su médula espinal para entender, por ejemplo, qué regiones implicadas con el movimiento habían quedado dañadas por la enfermedad. A continuación le implantaron una neuroprótesis enfocada a «restaurar la actividad neuronal» que controla el movimiento de las piernas. Finalmente, utilizaron sensores inalámbricos para detectar cuándo el paciente tenía la intención de mover las piernas y, a partir de ahí, activar los implantes necesarios para provocar el movimiento.
Según explican los investigadores detrás de este trabajo, la técnica aplicada en Marc fue todo un éxito. El paciente pasó de estar casi inmovilizado a volver a caminar sin necesidad de ayuda (y sin pérdidas de equilibrio). «Marc ha estado usando esta herramienta durante casi dos años, durante unas ocho horas al día, y gracias a ella ha podido volver a andar casi con absoluta normalidad», relatan los expertos durante la presentación de este caso. «Enciendo los implantes la mañana y los apago de noche. Funciona de maravilla», comenta entusiasmado el paciente, quien afirma que gracias a esta tecnología ha logrado mejorar sustancialmente su calidad de vida en todos los aspectos.
Los investigadores afirman que el año que viene empezarán las pruebas con seis pacientes más
Por el momento, esta tecnología solo se ha probado en Marc. Es decir, un solo paciente. Según explican Courtine y Bloch, su historia de éxito supone un motivo de alegría para seguir investigando. Eso sí, antes de poderlo aplicar a gran escala (y que, efectivamente, llegue a todos los pacientes que lo necesiten) todavía falta recorrer un largo camino de ensayos clínicos y pruebas en decenas de pacientes. «Gracias a la generosa donación de la fundación Michael J. Fox para el párkison, que nos ha entregado un millón de dólares, el año que viene empezaremos las pruebas con seis pacientes más», anuncian los investigadores.