Villaviciosa es capital manzanera, tierra de arraigada tradición sidrera o cuna de grandes artistas y pintores. Estas razones, unidas a una vida tranquila en plena naturaleza, ayudaron a que el australiano Liam Southwood y la inglesa Eliza Southwood tomasen la decisión, tras la pandemia, de afincarse en la aldea de Toroyes, en Priesca.

Hace unos veinticinco años, al casarse, Eliza quiso enseñar a Liam el lugar donde pasó su infancia. Por eso, en su luna de miel viajaron a Asturias, donde su madre había trabajado en distintos lugares como profesora de inglés. «Liam se enamoró de la región, de su gastronomía, de la cultura sidrera y de la gente asturiana. En 2016 cumplimos el sueño de comprar una casa asturiana, por casualidad muy cerca de Villaviciosa, en Toroyes, parroquia de Priesca», explican los Southwood.

Liam explica que, aunque nació en Australia, siendo muy niño se trasladó con su familia a Papúa Nueva Guinea. Creció en la capital, Port Moresby. «Allí me acostumbré a vivir en los trópicos y a andar descalzo por un terreno donde de vez en cuando se veían cocodrilos escapados. Después, mis padres se trasladaron a vivir a Londres y, con 11 años, me llevé un gran susto cuando vi la nieve por primera vez. Cursé los estudios en Londres, pero, con 18 años, me trasladé a vivir en Barcelona para trabajar de maquetista en la Sagrada Familia, de Gaudí. Me inspiré en el ambiente que me rodeaba, lo que impulsó mi decisión de estudiar Arquitectura», apunta sobre su infancia y los años de estudiante.

Eliza, de padres británicos, nació en Norwich, pero vivió en varios pueblos de Inglaterra durante su infancia, siempre en el ámbito rural. «Con 9 años me vino un gran cambio de vida y me trasladé con mi madre y hermana a Villaviciosa, donde mi madre ejerció de profesora de inglés. En pocos meses las dos hermanas nos vimos obligadas a aprender el español, ya que nos incorporamos de inmediato al colegio Maliayo», explica Eliza sobre cómo conoció Villaviciosa, hace más de 40 años. Tras crecer en Asturias, viajó a Italia, donde trabajó varios años con caballos de raza árabe. «Terminada mi estancia italiana, me trasladé a Glasgow, en Escocia, para empezar la carrera de Arquitectura. Fue allí donde conocí a Liam, que también estaba estudiando la carrera», añade Eliza, que siempre guardó grandes recuerdos de su etapa de niña en Villaviciosa.

Al acabar los estudios, los dos se mudaron a Londres. En la capital británica trabajaron como arquitectos durante varios años, cambiando eventualmente de oficio, ya que Liam se hizo informático, y Eliza, artista. De hecho, actualmente trabaja como artista serigrafista e ilustradora, que, a la vez, son sus mayores hobbies. Tras vivir muchos años en el centro de Londres, decidieron venirse a vivir a Asturias buscando la tranquilidad y el sosiego del mundo rural. Buscaron casa por diferentes lugares de la región, pero se decidieron por el pueblo de Toroyes, en Villaviciosa.

«La casa que encontramos tenía todo lo que estábamos buscando. Una pumarada, porque Liam quería elaborar sidra casera, que es actualmente su mayor afición. También una casa con techos altos, con mucha luz, paisajes preciosos, llagar y huerta. Cuando llegó el Brexit teníamos que tomar una decisión: seguir viviendo en Londres, o trasladarnos a Asturias. Decidimos venirnos y ahora tenemos una calidad de vida mucho mejor, nos sentimos muy bien aquí, con una vida tranquila y con una gran comunidad vecinal», explican sobre la decisión definitiva de venirse a Villaviciosa. Desde el concejo maliayés ambos pueden seguir teletrabajando desde casa y dedicarse a sus mayores hobbies: hacer sidra y pintar.

«Una de las primeras cosas que hice al venirnos a vivir fue comprar un equipo de llagar y aprender a elaborar la sidra con la ayuda y consejos de los vecinos. Soy un participante entusiasta en los concursos anuales de sidra casera de la Villa, y, aunque no haya sido premiado todavía, voy a seguir intentándolo», explica Liam sobre su afición por la sidra casera. Hasta ha elaborado sus primeras botellas de sidra de hielo. También es un aficionado a la bici de montaña y a las rutas de senderismo. Asegura que el entorno de Toroyes es perfecto y, además, aplaude que esté cerca de la playa. De hecho, Rodiles está a pocos minutos de su casa.

Su último proyecto ha sido montar un estudio de serigrafía y galería de arte en Villaviciosa, con el fin de exponer los cuadros y la obra gráfica de Eliza. La pareja está entusiasmada con esta iniciativa: «Es un espacio que esperamos pueda ser beneficioso para otros artistas asturianos y que pueda dar oportunidades en cuanto al desarrollo de talleres y exposiciones», aseguran sobre el espacio de arte que inauguraron el pasado 27 de octubre bajo el nombre de Eliza Southwood Art.

«Venirnos a vivir a Villaviciosa ha sido la mejor decisión de nuestras vidas. Tiene todo lo que buscábamos: tranquilidad, aire puro, sosiego, paz … Ahora vivimos en un entorno que es espectacular y creemos que es muy cierto el eslogan de ‘Asturias, paraíso natural’», afirma la feliz pareja, acompañada por sus tres inseparables mascotas, sus perros «Pepín» y «Sunny» y su gato «Colin».