García Castellón no podía faltar en el festival judicial contra la amnistía. Con un impecable sentido de la oportunidad, el magistrado que investigó en falso a Pablo Iglesias y que absolvió a Cospedal, decreta que Puigdemont y Esquerra son probablemente terroristas. En una carambola prodigiosa logra involucrar en el atentado a Otegi, de momento como testigo pero con la pretensión evidente de asociar al independentismo catalán y al PSOE con ETA. La sincronización valleinclanesca de la Audiencia Nacional, el Consejo General del Poder Judicial y la Guardia Civil, aquí con la culpabilidad del Gobierno por omisión de vigilancia, obliga a plantearse si la Constitución ha saltado por los aires sin avisar.
Se estaba quedando insuficiente el Puigdemont golpista, por mucho que la sentencia del Supremo aparque la rebelión en una modesta sedición. El terrorismo aumenta la graduación de la apuesta, aunque se descubra seis años después y no haya una sola víctima con un esguince. A partir de ahora, quienes deseen pactar con un terrorista catalán se verán envueltos en la tipología del enaltecimiento o la apología, delitos gravísimos de raperos que curiosamente solo parecen existir tras la desaparición de ETA. El político más impresionante que tiene ahora mismo España, un tal José Luis Rodríguez Zapatero, ha bromeado con el anuncio del fin del mundo por parte de los juristas que se contienen todavía en presagiar el fin de la democracia, aunque no de su sueldos caducados y pantagruélicos . El expresidente tal vez exagera pero, antes de la investidura, a los posibles votantes de Pedro Sánchez les caerá una acusación de genocidio.
La justicia sentencia que la amnistía es terrorista. Arrancar a los jueces de la pereza tiene más mérito que despertarlos a la ultraderecha.
La judicatura ha caído en la trampa de sus dilaciones indebidas, ya no podrá volver a refugiarse en la lentitud de los trámites. Cuando se trata de salvar su versión de España, se movilizan con más celeridad que el ejército deIsrael. La democracia no volverá a crecer a su paso.