Un policía local de A Coruña acusado de herir con arma de fuego a un detenido ha aceptado el pago de una multa de 540 euros y de una indemnización a la víctima de más de 5.000 en el juicio fijado para este lunes en la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña.

El herido, a su vez, ha asumido una pena de diez meses de prisión por conducción temeraria cuando tenía el permiso de conducir retirado por pérdida total de los puntos.

Lo han hecho tras un acuerdo entre la Fiscalía y las defensas al reconocer los hechos los procesados y acordarse una rebaja de la condena, que los hombres aceptaron.

Así, el Ministerio Público ha considerado los hechos cometidos por el agente como constitutivos de un delito de lesiones por imprudencia menos grave con una pena de 540 euros de multa, además del pago de una indemnización a la víctima de un importe total de 5.275 euros.

La Fiscalía ha condenado también al hombre que sufrió el disparo por un delito de conducción temeraria con agravante de reincidencia con una pena de seis meses de prisión y otro de conducción con permiso retirado con cuatro meses y 16 días de cárcel.

HECHOS

Según recoge el escrito fiscal, los hechos sucedieron en la madrugada del 2 de junio de 2020 cuando uno de los procesados conducía un vehículo sin tener carné de conducir y bajo los efectos de bebidas alcohólicas.

Los agentes de la Policía local le dieron el alto y en vez de parar «emprendió la huida» para, posteriormente, abandonar el vehículo junto a los demás acompañantes. Con todo, poco después fueron localizados por los mismos guardias que les dieron el alto y que los persiguieron durante su huida.

«Durante esta actuación, bien al apearse del vehículo policial bien en un momento posterior, pero en todo caso separado por escasos segundos, el encausado decidió extraer y exhibir su arma reglamentaria sin que hasta entonces se hubiese exteriorizado acto alguno de agresión que justificase la necesidad de hacerlo», señala el escrito de Fiscalía.

Así, «ya con el arma en la mano» se acercó al otro procesado –el conductor del vehículo–, que en ese momento estaba apoyado de cara a la pared del inmueble, con la intención de cachearle y esposarle. Cuando procedía a ello «con omisión de la mínima diligencia exigible», apoyó la pistola contra el cuerpo del conductor y el arma «se le disparó accidentalmente» alcanzándole a la altura del brazo derecho.