Duele decirlo tras perder. Pero es un hecho difícilmente refutable ya casi en 2024. Quizá el salto competitivo de la Real en partidos grandes, en la Champions y ante los trasatlánticos españoles, haya podido ayudar a los más escépticos o a los que directamente no le habían visto jugar, pero la realidad viene de atrás ya. No es ninguna novedad ni sorpresa que Xavi y el Barça suspiren y aprieten por él. Lo negligente sería no hacerlo, más aún vistos los enormes problemas que tuvieron para sacar el balón hasta añadiendo una pieza más en la primera línea. “Media Europa lo quiere”, como diría Imanol, y tiene todo el sentido del mundo por exhibiciones de fundamentos como la de la noche del sábado en Anoeta, ante Gavi, Gundogan, Pedri, Joao Félix y compañía. La fama del juego de posición la tiene el Barça, pero la realidad actual, incluido el partido de anoche, dice que la Real lo ejecuta bastante mejor.
Dueño del tiempo y el espacio
Sabe cuándo, dónde, cómo y por qué moverse por el campo para recibir el balón, encontrarlo o robarlo de la mejor manera. Pero también sabe dónde ayudar más a su equipo, dependiendo de las necesidades de cada momento.
Ante el Barça fluctuó entre quinto defensor, como central izquierdo o central del medio, y pivote todocampista. Es difícil decantarse entre sus virtudes con balón o sin él. Pero lo que está claro es que destrozó cualquier planteamiento de Xavi de dominar el encuentro. Lo dominó la Real, lo dominó él. Era siempre el hombre libre para sacar el balón. El recurso útil para Le Normand y Zubeldia, indetectable para los culés. Mover a 1-2 toques, orientando a donde quería para encontrar otro espacio o saltar una línea. ‘Dámela a mí que no tengo miedo y sé dónde sacarla’, debía decir ante cualquier urgencia.
Si ahí era dominante, no se quedaba atrás su capacidad de robar, provocar errores u obligar a jugar hacia atrás en la presión. La salida de balón culé fue floja, pero no fue mejor por el acoso realista. Zubimendi anticipó, robó en el suelo, por alto dominó y con la inteligencia suficiente para poner de cara a un compañero, en ventaja, nada más robar o en el propio robo.
Disfruta y hace disfrutar
Sumó un total de 85% en pases, porcentaje que era inmaculado al descanso y hasta que sus compañeros perdieron la energía necesaria para desmarcarse. Es preciso como pocos para jugar con lejano y saltar una línea. Vio la amarilla obligado por una pérdida de Brais pero supo hacerla a tiempo y jugar con ella. También crece en su faceta de llegador. Anticipar, conducir unos metros y llegar al área contraria empieza a ser usual para él.
Disfrutando así, jugando como juega, compitiendo en equipo así y aspirando a ganar a cualquiera, pese a lo de anoche, suena raro que quiera marcharse sin un paso atrás del proyecto de por medio, pero preparado está para lo que sea.
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